Si cortan impuestos no se paga a proveedores, dicen los burócratas
El razonamiento financiero de los cerebros burocráticos opera invariablemente desde el mismo extremo de la cadena: siempre a favor de mantener o aumentar el gasto público, nunca achicarlo. Un exministro de Hacienda calificó de golpe a las finanzas del Estado la idea de eliminar el impuesto selectivo al consumo que se aplica a los combustibles. Y llamó a ser razonables porque de lo contrario, se cortaría la cadena de pagos a proveedores.
Pocos se rascan para afuera. Y los funcionarios públicos no están entre ellos. La sola idea de que los ingresos se achiquen vía recorte impositivo los hace entrar en pánico. El Presupuesto General de la Nación es un fondo destinado en su mayor parte a mantener funcionarios públicos con todos los privilegios que la aristocracia sindical insiste en presentar como derechos adquiridos y, en consecuencia, intocables.
Este año, el Gobierno va a gastar 92 billones (noventa y dos millones de millones) de guaraníes. 60 billones (US$ 8.700 millones) irán a sueldos, aguinaldos, viáticos, gastos de representación, horas extra, bonificaciones, complementos alimenticios, extras para vivienda y educación, suplementos vacacionales, seguros VIP, cupos de combustible, vehículos, aviones y demás gastos de oficina. Los 32 billones restantes van a inversión, mas de la mitad concentrados en obras públicas financiadas con préstamos y en gastos de la ANDE que también es palanqueada con bonos de deuda. En el Gobierno hay 155 ministerios, secretarías, direcciones, servicios, consejerías, gobernaciones, defensorías, institutos y demás oficinas que desbordan con 311.000 funcionarios. Dos de cada tres guaraníes que ingresan al tesoro se van en gastos corrientes. Hay entidades como el INDI, el Indert, la secretaría anticorrupción, de defensa del consumidor, de la competencia y decenas de otras probadamente ineficientes e innecesarias, o por lo menos, fusionables con otras ramas del Gobierno sin necesidad de habilitarles presupuesto propio.
Pero no, eso no se toca, no sería razonable al decir del ex ministro de Hacienda. Antes remover al más inútil de los burócratas es preferible dejar de pagar a los proveedores de utiles y alimentación escolar, algo coherente ya que el MEC, con el segundo presupuesto más alto (6,8 billones) gasta el 92% en sueldos y el resto en mantener 11.000 escuelas.
Pura lógica parasitaria.