El mensaje de la homilía del sexto día de novenario en honor a la Virgen de Caacupé estuvo centrado en la “nueva evangelización del Paraguay», de la mano de los jóvenes para que la iglesia sea el alma de un país diferente.
El obispo emérito de Caacupé, monseñor Claudio Giménez fue el encargado de oficiar la misa de este sábado en la Basílica Menor de Caacupé, bajo el tema «El protagonismo de los jóvenes en la Iglesia y en la sociedad».
El monseñor habló de decadencia en la sociedad actual que afecta a todo el mundo, no solo al Paraguay. En ese punto, mencionó el caso de la droga que según dijo, descompone a todos, principalmente a los jóvenes y últimamente a los niños.
Sostuvo que otra condición negativa que debe ser derogada es la corrupción generalizada que pesa, duele y molesta. Además de la violencia que cada vez aqueja más al país.
Asimismo señaló que todo lo mencionado anteriormente debe ser erradicado para tener un país próspero y feliz. “También hay signos de grandeza y prosperidad que no se puede negar y están a la vista”, afirmó.
El religioso aseveró que la generación de jóvenes debe aportar lo mejor de sí para la grandeza de la patria. “Han de aportar lo más noble que llevan en su corazón para embellecer, rejuvenecer y fortalecer a la iglesia en el Paraguay, tienen un amplio campo de acción”, añadió.
Impulsar la nueva evangelización del Paraguay
En otro momento, pidió a los jóvenes «que se animen a proponer la nueva evangelización del Paraguay», renovando el pedido que hizo San Juan Pablo II durante su visita al Paraguay, un 18 de mayo de 1988, específicamente en Caacupé.
“Las nuevas generaciones tienen que aportar lo suyo ahora y traer una sangre nueva, distinta y fortalecedora a nuestra sociedad y a nuestra iglesia”, subrayó.
En esa misma línea les preguntó a los jóvenes si estarían dispuestos a sacar adelante el desafío que hizo San Juan Pablo II, haciendo alusión a la evangelización de la humanidad.
“De eso se trata, que muchos jóvenes, hombres y chicas sean elegidos para anunciar la evangelización de Jesús de una forma nueva, vigorosa, ágil y contagiosa, para renovar nuestra iglesia desde adentro, que esta iglesia sea el alma de una patria nueva, de un país diferente”, expresó finalmente.