Las elecciones en USA básicamente plantean una gran dicotomía, la vuelta o no del globalismo a la Casa Blanca, eso es lo realmente medular y que constituye una feroz disputa entre los actores políticos de la sociedad estadounidense imbricado con la elite global.
Grosso modo, el globalismo no es sólo comercio mundial apoyado en la tecnología micro-electrónica como cándidamente nos lo han vendido. El verdadero globalismo es el proyecto político, económico y social llevada a cabo por la elite globalista, según algunos académicos ésta tiene su génesis formal cuando se firma el pacto de Princeton de 1993 que permitió la integración 2 grupos: el Diálogo Interamericano del Partido Demócrata y el Foro de Sao Paulo, este último como ya les he dicho, vástago de Fidel Castro.
La integración de estos dos bajo un mismo paraguas, se traduce en la conquista y mantenimiento del poder para desarrollar gobiernos socialistas e impulsores del llamado marxismo cultural, que se traduce en descontrucción histórica, deformación de las luchas por derechos civiles por movimientos ambientalistas, feministas pro-aborto y anti-raciales con una enorme carga ideológica socialista, anti-política, anti-Estado, anti-religiosa y mayormente violenta. En Latinoamérica implicó el blanqueo de terroristas y asesinos como Hugo Chávez en Venezuela, Gustavo Petro y las FARC en Colombia, Pepe Mujica en Uruguay, Dilma Rousseff en Brasil, entre otros.
El gran iniciador de esta agenda fue Bill Clinton, que entró en pausa durante los años de George Bush, pero fue con Barak Obama que mayor impulso logró el globalismo en USA quien utilizó su poder e influencia de la Casa Blanca para poner en marcha y con gran rapidez el globalismo apalancado en los proyectos del magnate húngaro George Soros.
Pero el 2016 con la inesperada llegada del Donald Trump al poder no sólo significó una pausa de su agenda, sino su férreo combate lo que implicó toda esta gran lucha al interior de la política estadounidense contra el actual mandatario. Ello fue lo que explicó como el peor precandidato de los demócratas Joe Biden, milagrosamente resultó el nominado Presidencial cuando era el último en las encuestas, pero la poderosa dupla Clinton-Obama y la élite globalista forzaron su nominación.
Finalmente, este noviembre de 2020 tendrán lugar las elecciones presidenciales en USA. La suerte parece echada, un Trump abajo pese a haber gobernado en paz y llevado la economía a cifras record de desempleo en 50 años, contra un bastante senil Biden, pero que encarna la vuelta del globalismo a la Casa Blanca.