El poder político está sacudido por las calificaciones de Significativamente Corruptos a muchos de sus miembros, que han decidido a salir a una defensa corporativa, primero afirmando que las calificaciones norteamericanas son una intromisión en nuestra soberanía para posteriormente rematar con el argumento, de esta bien que sean Significativamente Corrupto, pero que presenten pruebas a las autoridades paraguayas.
Esto último parece una broma de muy mal gusto, las autoridades son sujetas del poder político, en el último intento de juicio político a Sandra Quiñonez, el festejo no fue entre los fiscales por haberse zafado de tal posibilidad, sino que lo hicieron con champán en el cuartel del Honor Colorado en la casa de Cartes.
Más evidencia de eso es imposible, muy diferente a lo que aconteció en la Argentina, donde fiscal cargó con todo contra la vicepresidenta y ex presidenta argentina Cristina Viuda de Kirchner, a la que calificó de ser parte de una gavilla que se dedicó a asaltar las obras viales en convivencia con otros cómplices, para ella 12 años de prisión más inhabilitación perpetua para participar en actividades públicas y la devolución de US$ 1000 millones.
Esto es lo que en verdad temen nuestros políticos, que tengamos una justicia de esa capacidad y de ese carácter, ninguno quiere devolver lo robado, ninguno quiere dejar de participar en la vida pública y menos aún irse a prisión, esa es la verdadera razón de los Significativamente Corruptos y como se sabe, todos parten de la misma gavilla, buscan abroquelarse y defenderse corporativamente