Por @NataliaMM1009
Con cierta frecuencia, en nuestro mismo entorno familiar y social, nos percatamos cuando en una relación de pareja, hay comportamientos que nos llaman la atención, el hombre es el que tiene las riendas de la relación, ella no suele opinar, se la ve tímida, asustada, con apenas una sola seña de su pareja, la Mujer salta y debe responder, hasta para servirle un vaso de wiski, la tiene completamente poseída, y bajo control.
Este tipo de actitudes, en una relación, es una alerta de que la Mujer vive en una codependencia de su pareja, el hombre absorbe todo su espacio, en la mayoría de los casos, la aísla de los amigos y familiares, bloquea todo posible círculo de apoyo que ella pueda tener, para tenerla sometida y a su discreción.
Esta situación, no siempre se trata de la violencia física, no condiciona el poder adquisitivo, sino de la manipulación emocional, en que el hombre le chantajea emocionalmente a la Mujer, la castiga o la premia (con gestos de cariño o de rechazo como en el sexo, etc.), según su “comportamiento”, la hace sentir prácticamente una inútil “sin él”, en otras ocasiones, el arma que utiliza el hombre, es la de amenazar que la va a dejar por otra Mujer.
Vemos como cada vez, el supuesto “amor” debe ser demostrado con actos de vivir cada vez más aislada de todo su círculo. La Mujer deja de concurrir a actividades con sus amigas, porque eso significaría que ella no le brinda a él la atención ni el tiempo necesario, si ella desea visitar a sus padres y hermanos, él le cela diciéndole que no le tiene como prioridad, así la encarcela, ella siente culpa, con las artimañas de hacerla sentir “una reina”, para convertirla en una “presa”, avanza progresivamente. La Mujer vive asustada, agotada mentalmente y psicológicamente, silenciada, sin saber que rumbo tomar, ella por dentro sabe lo que le sucede, pero entra en una confusión y en una contradicción, que le cuesta resolver por sí sola, por temor a no perderlo, lo ve como su amo y señor, y que sin él se termina todo, esa es la situación de una Mujer que es víctima de la violencia emocional.
En tal sentido, debemos comprender a la víctima Mujer, y si identificamos estos patrones de violencia en una pareja, alertar e intentar acompañarla, metafóricamente, ella se siente en una cárcel, donde solo puede ver que él tiene la llave, llega al punto de enceguecimiento y negación, de ocultar y justificarlo, que todo está bien, sin embargo, la situación se va agravando en un encierro de sufrimiento y dolor.
Si tienes una hija, una hermana, una amiga, una sobrina, que en estos últimos tiempos, desde que tiene una relación, ha cambiado su comportamiento, se alejó sin motivos, vive encerrada, callada, es casi seguro que está en una situación de violencia emocional y psicológica.
No juzguemos a estas víctimas Mujeres, ellas no pueden sola. Necesitan de una ayuda profesional.
