Con la finalidad de conocer en detalle y hacer seguimiento al trabajo realizado por la Oficina Técnica de Cooperación del gobierno español en Paraguay, la Reina Letizia se desplazó a la capital de Itapúa para visitar la Escuela Taller de Encarnación, un proyecto financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). Posteriormente, su Majestad visitó las misiones jesuíticas de Trinidad de Paraná y de Jesús de Tavarangué.
Durante todo el recorrido, observamos a una Reina volcada con su misión, sencilla y diligente, atenta a todo lo que se le comentaba. Una de las niñas que estudian en la Escuela Taller comentó al finalizar el recorrido: “La Reina es muy buena, se ha interesado por todo lo que hacíamos en la cocina y, aunque no probó nada, destacó la calidad de la comida paraguaya, y el sabor único y característico de nuestro Mbejú”.
Varias personas con las que conversamos resaltaron la cercanía de la Reina. Por ejemplo, a la salida de la Misión Jesuítica de Trinidad, después de un recorrido junto a la Primera Dama, Silvana Abdo, liderado por Ariel Paredes, Jefe de la Misión, una paraguaya empezó a gritar: “Majestad, aquí hay un compatriota suyo que quiere saludarla”. Mientras la Reina agradecía al personal de Senatur que había organizado el evento su dedicación, la señora insistió con sus gritos. La Reina se acercó al español en cuestión, quien preguntó a Doña Letizia si se podía sacar una foto con ella, a lo que la Reina respondió: “Sí, claro”, dijo con la mayor sencillez, afabilidad y cariño. Y la foto se hizo al instante. ¡Gracias, Majestad!
