La negativa a intenciones de grupos minoritarios que desean tener acceso a las mismas oportunidades, derechos y opciones en la historia de la humanidad es ya conocida de antaño. Desde las mujeres que pelearon por acceder al trabajo, afroamericanos por verse diferente eran excluidos de lugares públicos o limitados a ser educados, trabajar, o tener atención médica acorde a sus necesidades y ahora los grupos de LGBT.
La Discriminación era un ejercicio practicado contra ellos y otros grupos que al ser “diferentes” fueron rechazados de lo que la mayoría hacía y hasta hace. El hábito de discriminar, separar y excluir aun teniendo hechos y personajes que levantaron su voz para defender sus derechos humanos, dice claramente que Hombres y mujeres con mayoría de edad tienen derecho, sin restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia. Disfrutarán de iguales derechos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de su disolución se proclama pero no para todos.
El matrimonio es la unión de dos personas mediante determinados ritos o formalidades legales y que es reconocida por la ley como familia. Abriendo e iniciando así el primer círculo social de la comunidad humana. Una que experimenta varios cambios en el transcurso del tiempo. La Constitución de Paraguay habla que solo el matrimonio del hombre y la mujer es admitido cómo tal.
Lo que antes o hasta ahora continúa siendo extraño se patentiza en hechos cómo lo registrado en Las Bahamas, donde se prohíbe matrimonio entre personas del mismo sexo. Lo que en otros países se considera una conquista cómo en Chile, en esa isla del Caribe está prohibido.
Los jueces dictaminaron que la prohibición de las Bermudas sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo está en su constitución y es un revés para los derechos de los homosexuales en el territorio británico de ultramar.
Esta información se conecta a otros hechos que viven los homosexuales en el mundo, que se jacta de ser abierto, global e inclusivo, más continúa mostrando necesidades de digerir los hechos de nuestra historia para evitar los malos ratos que produce el resentimiento y la exclusión social.
Bermudas es uno de los territorios no autónomos de ultramar del Reino Unido de Gran Bretaña en la Región de las Américas desde 1609. Y donde habitan solo 63,903 personas en una superficie de 53.2 km², un lugar donde existen mujeres, hombres, niños, personas mayores de edad y gente con discapacidad que al existir en un apretado espacio también necesitan parámetros y referencias de hasta dónde y para dónde ir o cómo maniobrar.
Asumir lo diferente
Los grupos LGBTQ ahora están exigiendo poder formalizar sus relaciones e ir en la misma dirección que los grupos heterosexuales que muestran su postura para con los “raros” u homosexuales que al ser humanos deben estar amparados y protegidos por las mismas leyes que garantizan educación, salud, matrimonio, libertad, seguridad y todas las plataformas que aseguren el tránsito normal, en paz y felicidad para la comunidad humana en un planeta globalizado.
Un lugar que donde existimos todos colectivamente y no en partes particulares eso fue lo que hizo cometer errores cómo el KKK, nazis y hasta neonazis, que buscan emplear su ideología para promover el odio y atacar a las minorías, o en algunos casos para crear un estado fascista.
Es cierto que vivimos a su vez en tiempos de tolerancia y aceptación para integrarnos y reducir nuestras diferencias. Que existen y existirán por mucho tiempo, la clave está en adecuar la óptica y referencias puestas a la gente que hace parte de nuestras familias, barrio, país y mundo con la idea de hacer común las normas entre todos los habitantes del mundo. Para eso necesitamos admitir a los diferentes y distintos.