Las contingencias en términos nacionales de todo este tiempo de pandemia ha llevado a algunas sorprendentes revelaciones que siempre acontece en nuestro país cuando se tratan de cuestiones que cuando le tocó a una persona desempeñar la tarea al frente de un ministerio o una repartición, no lo llevó adelante, pero que sin embargo, desde afuera, encuentra todo negativo.
Eso pasa con el ex presidente del Banco Central, Fernández Valdovinos, o el ex ministro Barreto, quienes ahora están en contra de que el IPS eleve los ingresos a personas aseguradas que se habían jubilado con menos del salario mínimo.
Considero absolutamente justo que una persona que se haya jubilado tenga que cobrar por lo menos el salario mínimo para intentar sobrevivir. De lo contrario, es una ficción, estamos mintiendo a quien durante mucho tiempo trabajó y aportó a la Seguridad Social para jubilarse con un miserable ingreso económico, que realmente es una bofetada a la dignidad de la persona.
Si ese recurso permite que toda persona pueda vivir con ese dejo de dignidad, lo que tendría que preocupar a nuestro ex burócratas es por qué elevaron los salarios de los servidores públicos tres o cuatro veces y se otorgaron incluso recompensas económicas en el tiempo que les tocó administrar la cosa pública
Esto por sobre lo que indica la norma y la ética, haciendo que viajes al exterior tuvieran notables ingresos por dicho propósito o que tuvieran que recibir tres o cuatro aguinaldos al año.
No es de recibo de parte de nuestros seis burócratas tener una actitud crítica ante hechos que simplemente ameritan el concepto de justicia y de igualdad, y no aquello que realmente no hicieron cuando les tocó la tarea de desempeñar la administración de lo público. Hay que ser un tanto más coherente con este tipo de cosas y hay que partir de la idea de que la gente tiene memoria.