Tráfico y maltrato de animales exóticos, disputas legales, candidaturas, amenazas de muerte, intento de homicidio y la misteriosa desaparición de un hombre, la nueva serie documental de Netflix, Tiger King, está dando mucho de qué hablar sobre el negocio de los animales exóticos.
Un hombre gay con armas, peinado de los ochenta y viviendo con más de 200 tigres, así se presentaba Joe Exotic para el reality show que iba a contar su exuberante vida en Oklahoma, un estado conservador en Estados Unidos.
Tiger King gira en torno a la vida de un hombre que terminó en la cárcel luego de más de 10 años de excesos y conductas violentas. La historia narra el conflicto legal que tuvo Joe con Carole Baskin, la dueña del santuario de tigres Big Cat Rescue que lo llevó a terminar en prisión.
Siete horas que desnudan la crueldad detrás de esas fotos o selfies con tigres o pumas cachorros, de los zoológicos que utilizan como atracción a estos animales salvajes y hasta dónde puede llegar la manipulación de una persona por la fama.
Según el estudio de Variety, la historia del errante Joe Exotic lo han visto 64 millones de hogares, el confinamiento continúa y es una excelente oportunidad para ver la otra cara de este negocio.
