Comentario 3×3
Por Benjamín Fernández Bogado
Evidentemente una de las grandes faltas administrativas que tiene el Estado de manera permanente y constante es el hecho de no tener capacidad para gastar apropiadamente los recursos que muy difícilmente son conseguidos anualmente en este país. Además de que cuesta cobrarle a los paraguayos, éstos muchas veces dicen para qué voy a pagarles tributo si finalmente esos recursos son robados, sujetos de la corrupción cotidiana.
El Ministerio de Salud es una prueba de cómo la corrupción, en el sentido de dejar de hacer, de no hacer las cosas en tiempo y modo, puede significar la pérdida de vidas humanas. El año pasado, el Ministerio de Salud solo ejecutó el 46% de su presupuesto, no alcanzó ni el 50%, y ahora según el informe de su colega, el Ministro de Hacienda que dijo ayer que la ejecución de gastos del Ministerio de Salud para enfrentar la Covid-19 no alcanza el 5%.
Ya se gastaron más de US$ 1.100 millones, pero el Ministerio de Salud que es el que el que debería ponerse adelante para proteger la vida de la gente, comprando equipos de bioseguridad, insumos médicos, construyendo hospitales, trayendo respiradores o camas de terapia intensiva se ha vuelto a aplazar.
Evidentemente que Mazzoleni no tiene uñas de administrador cuando es la cabeza encargada de dicho propósito. Además del escándalo que se ha dado en los últimos meses de la mala compra de insumos que ha tenido que ser cancelada, ahora lo que vemos es que al Ministerio de Salud hay que darle de inmediato un equipo administrador que lleve adelante y que ejecute estos recursos. No será sorpresa que terminemos esto alguna vez, y vemos que de los US$ 1.600 millones otorgados en forma de crédito, el Ministerio de Salud no gastó absolutamente nada y si se repartieron para otros programas, incluyendo el pago en tiempo y en forma del pago a nuestros empleados públicos.
