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La cocaína y su consumo

Esta droga  es un  alcaloide adictivo y tóxico, derivado de las hojas de la coca, de efectos narcóticos y euforizantes, que se utiliza en la medicina como anestésico y vasoconstrictor. La historia de la cocaína tal y como la conocemos hoy comienza con su principal ingrediente, la hoja de coca, una planta sudamericana que se cultiva mayoritariamente en las alturas de las montañas andinas de lo que hoy es Perú, Bolivia y Colombia desde hace al menos 3.500 años.  Todo cambió en el siglo XIX, cuando científicos europeos lograron aislar alcaloides de las plantas que ofrecían enormes oportunidades médicas, y comerciales. Primero fue la morfina, que se extrae del opio en 1803; después, la quinina y la cafeína hacia 1829 y la nicotina en 1833. 

Por eso se estima que los europeos habrían consumido coca mucho antes de lo que se pensaba. Por evidencias extraídas de restos humanos en una cripta en Italia son el caso más antiguo de uso de hojas de coca en la Europa premoderna, unos 200 años antes de que se aislara la droga de la planta.

Un estudio del King’s College London publicado en 2019 asegura que en Londres se consume más cocaína que en la suma de Barcelona, Ámsterdam y Berlín. Algo que no cuenta con mucha seguridad por limitarse a ser solo un trabajo académico y publicación en internet.

Altamente perniciosa

Esta droga tiene muchos efectos en el cuerpo, por un lado existen:

  • Efectos inmediatos: Ausencia de fatiga, exaltación del estado de ánimo, sensación de vértigo, aumento de la seguridad en uno mismo, prepotencia, ausencia de cansancio, sueño y hambre. 

  • También es frecuente que produzca inquietud y angustia. Este primer efecto euforizante va seguido de un efecto rebote, caracterizado por cansancio, apatía y angustia, así como una conducta impulsiva y agresiva. A nivel físico se produce una aceleración del ritmo cardíaco y un aumento de la temperatura del cuerpo, además del efecto anestésico local. Sus efectos dependen, en general, de la cantidad y la vía de administración. Dosis elevadas pueden producir temblores, tics, movimientos convulsivos y alucinaciones.

Incluso se destacan Efectos a largo plazo que son similares a los de las anfetaminas. Presentan una mayor gravedad, aunque siempre dependiendo del consumo que se realice de unas y otras.

Destacan también los efectos sobre el feto durante el embarazo y en el neonato: elevada mortalidad perinatal, aborto espontáneo y alteraciones nerviosas en el recién nacido.

Es importante llamar la atención sobre la posible aparición, como en el caso de las anfetaminas, de un síndrome psicótico caracterizado por la aparición de delirios, trastornos confusionales y alucinaciones.

La muerte por consumo de cocaína se produce, principalmente, por una hemorragia cerebral o fallo cardíaco.

Debemos saber también que El abuso de la cocaína se asocia a:

Infarto de miocardio

Arritmias cardíacas

Hipertensión severa transitoria

Accidentes cardiovasculares

Convulsiones

Lo que ha leído primeramente con relación al europeo y su temprano consumo de esta droga no tiene porque dar a entender que el uso de este estupefaciente tenga menos efecto en la población de este continente. Este polvo u “oro blanco” afecta de igual forma a quien se atreva a consumirlo, nadie resiste más que otro sus efectos en la anatomía humana.

 El consumo de la cocaína reduce la capacidad de los consumidores de experimentar placer de forma natural (a través del sexo, la comida, …) y los hace menos sensibles a las gratificaciones y emociones. Esa es la razón por la que la cocaína resulta tan adictiva. Luego de haber inhalado o inyectado una dosis de coca al cuerpo buscamos más para volver a tener esa experiencia “mágica” que a la larga termina afectando nuestro sistema neuronal y todo lo que este controla en el organismo.

 

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