La intolerable extorsión del municipio a la ciudadanía metropolitana
¿A quien creerá que está extorsionando el Intendente Municipal con la intolerable afrenta de no recoger la basura de los ministerios morosos? ¿Al señor Abdo Benítez, a los ministros que no pagan la factura por recolección?
Ni pista, señor Intendente. Usted está extorsionando directamente al ciudadano que debe acudir a tramitar cosas en oficinas del Estado o que simplemente pasa por allí donde usted deja sin recoger la basura. Está obligando al “sancionado” a contratar un servicio particular de recolección, costo que deberá afrontar sacando dinero de otros gastos para llenar el agujero que usted está provocando con su maniobra.
Este chantaje entre funcionarios públicos revela una faceta deplorable: la incapacidad de negociar diferendos, una condición básica que deberían tener quienes han sido distinguidos con la misión de servir al ciudadano. Como si fuera un sindicalista más, el lord mayor de Asunción le hace una huelga de servicio a colegas de funciones, en este caso, ministros del Poder Ejecutivo. El resultado es el de siempre: paga las consecuencias el ciudadano de a pie.
Asunción ya es un basural a cielo abierto sin necesidad de que el intendente agregue uno más a este panorama deplorable de ciudad del tercer mundo. Como urbe decana del Area Metropolitana, Asunción debió haber encabezado hace décadas una acción destinada a crear un eficiente sistema de clasificación domiciliaria, recolección y disposición final de desperdicios como se hace en el mundo civilizado. No lo hizo y no muestra la menor intención de hacerlo, siquiera a mediano plazo, aún cuando los archivos del municipio estén llenos de estudios de factibilidad técnica, económica y financiera dirigidos a resolver un problema ambiental generando un negocio, todo de una vez. Sin embargo, hoy la Intendencia se limita a juntar la basura y tirarla en un vertedero desbordante de porquería, gases y aguas negras con pretensiones de relleno sanitario.
Alguien debería poner en su lugar al mozalbete que está al frente del municipio asunceno. Él está al servicio de la ciudadanía no para tomarla como moneda de cambio para resolver sus turbulencias políticas y administrativas, por graves que parezcan. Tirarse unos a otros con basura es lo más bajo a lo que puede caer la gestión pública.
Aunque siempre es posible, en el reñidero político, caer un escalón más.