domingo, diciembre 28

José Carlos Rodríguez: “Peña no entiende lo que el pueblo necesita”

El país crece, pero crece menos que en la década pasada y muchísimo menos de lo que nos permitiría algún día converger-es decir, acercarnos en niveles de ingreso y bienestar- a los países desarrollados, destaca es su investigación para el Centro de Análisis de la Economía Paraguaya (Cadep), el economista José Carlos Rodríguez.

El presidente Santiago Peña y su equipo no logran entenderlo. Si todo va fenómeno, todo tan bien… ¿se puede saber por qué hay un ambiente de tanta mala onda? La aprobación del presidente de la República y de su Gobierno es baja (42%) y sigue cayendo. En cambio, muchas estadísticas económicas muestran subas: ¿Será una antinomia? ¿Un oxímoron?, se pregunta el analista.

Como contraofensiva a estos magros resultados el Gobierno presentó un dudoso informe de probación de 48% en la semana.  Según los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), deberíamos crecer de manera sostenida a un ritmo de al menos 7% anual para dejar atrás la pobreza estructural y convertirnos en un país próspero.

El exministro de Hacienda, César Barreto y organizaciones como Desarrollo en Democracia (Dende) coinciden con estas cifras de crecimiento necesario.

Eso hicieron países que decidieron no ser “un poco menos pobres”, sino dejar de serlo: desde Irlanda hasta Corea del Sur. “La nacionalidad no importa; importa el rumbo”.

Sin Poder Adquisitivo

El economista Rodrigo Ibarrola, también del Cadep, agregó que el malestar social en torno al empleo no es solo una percepción. Medidos en guaraníes constantes de 2015, todos los trabajadores –excepto los funcionarios públicos– ganan menos hoy que hace diez años, así lo asegura el economista Rodrigo Ibarrolla, del Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (Cadep).

A modo de ejemplo, la inflación acumulada entre 2015 y marzo de 2025 fue del 50%, mientras que el salario promedio aumentó en menos del 40%.

“Más grave aún es la evolución de los precios de bienes esenciales. Los alimentos subieron un 83% y el transporte un 44% en el mismo periodo. Estos rubros tienen un peso significativo en la canasta de consumo de los hogares de ingresos medios y bajos”, resalta.

La pérdida de poder adquisitivo es mucho más aguda en la vida cotidiana de la mayoría de los trabajadores, según el análisis. Este contexto de bajos salarios reales elevada la informalidad y no solo afecta a los trabajadores, sino también a la economía en su conjunto.  El Gobierno se encuentra en proceso de reajustar el cálculo de precios de bienes y servicios de la canasta.