El nivel de atención a nuestras ciudades ha disminuido proporcionalmente a la cantidad de emigrantes del campo hacia la ciudad que hemos tenido en los últimos 10 años. Ahora incluso en algunas comunidades, gente que no tiene ninguna posibilidad de ser empleable, termina cerrando calles y cobrando peajes para el paso a través de ella.
Como acontece Mariano Roque Alonzo, los niveles de inseguridad en Luque, Lambaré, Villa Elisa y Ñemby son realmente notables y se demuestra de que hay un problema de índole social y económico que no ha sido percibido con la gravedad que se debiera.
Estamos improvisando, intendentes y miembros de juntas municipales cuyo único objetivo es hacerse de un empleo y de un salario, pero no tienen ninguna idea acerca de como resolver problemas complejos como el tema de los servicios públicos en comunidades que han sido construidas en la base de migración campo – ciudad.
Si sumamos al tema del transporte donde todavía hay una colusión de intereses corruptos con el Gobierno Central que pagan subsidios a servicios que no se han dado, tenemos el cuadro completo de la decadencia de nuestras ciudades que deber ser una razón de preocupación urgente porque no es una cuestión simplemente de un solo tópico, sino de varios que pueden acabar siendo una “bomba social”.