El cronograma se está cumpliendo con toda precisión. Ahora está en la etapa de auto victimización puesta en marcha por el puñado de seguidores del líder encarcelado y apostado frente al tribunal de justicia electoral en busca, precisamente, de lo que la policía, orden judicial mediante, está advirtiendo que hará, es decir, disolverlos y rehabilitar una avenida por donde pasan decenas de miles de vehículos y personas cada hora. Un “oportuno” mensaje del encarcelado activó la siguiente etapa del plan: el despeje del lugar antes de que el dispositivo de orden público cumpla con su deber. Esta orden malogra el propósito de un estúpido cartel (no merece otro calificativo) exhibido frente al TSJE que decía, más o menos: Putin, auxilio, nos están matando por defender nuestra patria. Únicamente una cáfila de redomados cretinos pudo concebir una imbecilidad semejante. Suponer que un autócrata siniestro del calibre de Vladimir Putin pueda poner atención a un episodio tan minúsculo y gris, al otro lado del planeta, es ir más allá de la racionalidad.
De todas maneras, el hecho pone en evidencia la catadura de quienes han estado impulsando este tramo del cronograma “payo presidente”. Por un lado, pinta de cuerpo entero a sus componentes, diletantes infradotados incapaces de medir el alcance de sus palabras. Y por el otro, aquello de nos están matando es un acto fallido que expone lo que en realidad están buscando en su demente itinerario de adhesión perruna al líder mesiánico.
Hasta ahora, el frustrado presidenciable la ha estado sacando barata. Los dispositivos del orden público se han encargado de evitar cualquier exceso en el uso legítimo de la fuerza para sacar de escena a estos molestos grupúsculos de seguidores de una causa que se diluye en la nada.
Cubas se ha encargado de malversar su patrimonio político convirtiéndolo en una insípida revuelta verbal plagada de lugares comunes, amenazas altisonantes y movilizaciones que, como queda demostrado, no llevan a ninguna parte. Si quiere honrar el voto que le han confiado miles de ciudadanos, Payo debería instruir a su representación parlamentaria a ejercer una oposición responsable, creativa y vigorosa, porque el país necesita pestigiar un Congreso que ha caído en el descrédito con representantes amorales, algunos directamente analfabetos y, en su mayoría, indiferentes a su misión de legisladores.
No desperdicie la oportunidad, señor Cubas. El circo acabó. Ahora, hay que trabajar.