La guerra de por sí ya supone un problema para las personas que se vean afectadas por el ruido y los efectos del uso del plomo entre las partes confrontadas que pueden tener importantes pérdidas de personal militar y ocasionan muertes y daños en el grupo de civiles encontrados en el medio. En esta época se da poca o nula importancia con la presencia de americanos en Medio Oriente porque ahora se tiene cómo principal personaje de noticias y análisis a Putin y a Rusia con la guerra en Ucrania. Eso desde febrero del año pasado.
Ahora se ha identificado a un ruso incontrolable según algunos medios por el primer mandatario ruso; Vladimir Putin, se trata de Yevgeny Prigozhin o el “chef o cocinero de Putin” que es acusado de organizar un golpe de Estado en Rusia.
Este líder mercenario ha pasado de ser un hombre de negocios a un símbolo de la Rusia en tiempos de guerra, pues controla un ejército privado que opera desde Ucrania hasta la República Centroafricana. Y sin control se vuelve en un peligro para el trabajo y proyecciones diplomáticas rusas en estos tiempos ya difíciles para Putin que por todos lados es criticado por lo que es considerada una invasión injusta. Todos coinciden que este debe terminar incluido el lider biolorruso donde encontró refugio el chef mercenario. Ucrania lo padece a pesar de ser autónomo desde 1991 cuando la la Verjovna Rada (el Parlamento ucraniano) declara la Independencia de Ucrania de la Unión Soviética que junto a Bielorrusia, Moldavia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Turkmenistán eran parte de la ya terminada URSS.
Recuperar la grandeza perdida
Para Putin aquello fue humillante y no debió o debe ser así por lo que continúa con su idea de volver a construir aquella unión de repúblicas socialistas soviéticas que empezó en 1922 y termina hace 32 años dando así la independencia, soberanía y autonomía a quienes lo integraban. La Gran Rusia está en su imaginario.
Desde hace más de una generación los ucranianos ya pueden hacer lo que les parezca mejor para evitar problemas cómo el que le toca vivir al país y a su presidente Volodymyr Zelenskiy. Desde que quiso unirse a la OTAN (Organización del tratado del atlántico norte), ha tenido el pulgar abajo de Putin que lo toma cómo amenaza contra sus intereses por ser una organización belicista de Occidente.
La misma que tiene entre sus 29 miembros a países que cuestionan el poderío bélico ruso. Ahi donde existen países y personas independientes, autónomas y libres desde hace el tiempo suficiente para trabajar y vivir independientes en conjunto sin la opresión, vigilancia o control de nadie o nada cómo es el llamado ejército Wagner de Prigozhin que no solo lleva muerte y problemas a distintas latitudes del mundo sino también amenaza al gobierno de su casa. Gran contradicción en apariencia.