¡Fuera criminal corrupto! en portugues fue lo manifestado por medio millón de brasileños el sábado pasado contra el presidente Jair Bolsonaro, político de quien el ciudadano brasileño muestra su fatiga y deja claro que el ethos o forma común de ser brasileño no es siempre tudo jóia, gostoso, ni legal. Existe un límite para todo ser humano que identifica irregularidades en lo que están en funciones del gobierno. El manejo de la pandemia y los casi 600 mil muertos por Covid le pasan la factura al capitán retirado que el gobierno al vecino del Este.
Los organizadores habían convocado manifestaciones en todo el país, para defender la democracia, la vida de los brasileños y cuestionar a Bolsonaro por no responder a lo que necesita el ciudadano de su país: una protección a la vida. Su nivel de popularidad es el mas bajo desde que llegó al poder y a este ritmo Lula gana los comicios sin despeinarse.
Es la vida lo que importa
Ahora en pandemia, lo primordial no está en construir carreteras, responder a subsidios o algo más que ponga de lado lo verdaderamente importante: la vida y estas manifestaciones , pueden generar una reacción en cadena y despertar al ciudadano contra gobiernos que no trabajan bien para brindar una mejor atención a lo más vital para el ser humano.
Cómo servidor público, es clave saber leer, el porqué, para qué, cuándo y cómo se dan o darán las manifestaciones en su país, y de qué manera responder a la demanda del soberano que así cómo tiene el poder de elegir a sus administradores de turno también los pueden sacar de sus puestos con fuertes manifestaciones como las que se observa de forma reiterada en el Brasil de Bolsonaro. Entre nosotros el pasado 5 de marzo miles gritaron: Fuera Marito pero . continuó. El paraguayo no responde al instante su descontento, es cómo un volcán que concentra su fuego y poder que después de un tiempo explota duro y fuerte y allí es capaz de incluso de perder la vida cómo ya hemos visto en varias manifestaciones a lo largo de esta maltrecha democracia.
Indignados
El brasileño expresó su indignación con su gobierno usando epítetos cómo “fuera animal corrupto”, en manifestaciones de gente con tapabocas y carteles donde se veían el rostro de Bolsonaro en lo que se conoce cómo la imagen del virus que se manifestó de forma descontrolada y fuerte en el vecino país.
El gobernar tiene momentos felices y tristes y en esta pandemia los gobiernos deben cuidar y corregir rumbos. La pandemia afectó a miles de personas hace más de un año. Aun con vacunas, tapabocas y distancia social este incierto virus, arriesga la vida del planeta y no se logra mejorar los niveles de gestión las víctimas pueden seguir creciendo. Hay una directa relación entre muertos e inutilidad de gobernantes y de eso lo saben muchos. La corrupción, el egoísmo y el materialismo no sirven nunca pero peor en tiempos de gestión en pandemia y de eso puede dar cátedras Bolsonaro en el Brasil. La gente grita y con razón cuando van camino a superar a los EEUU en cantidad de fallecidos por Covid.
