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El legado violento de Bolsonaro

Mientras el ex presidente se encuentra refugiado en los EEUU con una visa que expira en pocos días, en su país surgen cada vez mas evidencias de su terrible paso por la presidencia cuyo último acto lo protagonizaron sus adherentes al atacar los tres poderes del Estado en Brasilia a comienzos de enero. 

La palabra problema es el común siempre en el mundo que a su vez exige que pensemos en soluciones y aprender sobre todo de errores ajenos para no repetirlos y caer en dilemas cómo son los que ahora se le presentan al ex presidente Jair Bolsonaro que presidió un país de dimensiones, población y complicaciones grandes.Ahora llama la atención un articulo en la red que se titula; “Investigan a Bolsonaro por genocidio, dice Marina Silva. La ministra de Medio Ambiente pide que el ex presidente rinda cuentas mientras se prepara para enfrentar a los mineros de oro ilegales”.

El expresidente Jair Bolsonaro debería ser investigado por genocidio, dijo la ministra de Medio Ambiente de Brasil, mientras prepara una operación para expulsar a los mineros de oro ilegales del sitio de un desastre humanitario en tierras indígenas. Los garimpeiros que amenazan el Amazonas y las comunidades indígenas que viven ahí. En un país de 8.516 millones de km² de dimensión es habitual toparse con complicaciones en cualquiera de esos kilómetros cuadrados.

Ahora ya habiendo terminado su tiempo de presidente brasileño y haber perdido en las últimas elecciones ante Lula da Silva, a Bolsonaro no se le acaban los problemas en su agenda personal. Estas maniobras de la justicia contra Jair están relacionadas a la expulsión que han sufrido o sufrirán los mineros de oro en Brasil que afectan tierras de nativos brasileños que están teniendo una importancia destacable en este nuevo gobierno donde ya vemos ministros e importantes cargos públicos asumidos por nativos.

Aprender de los errores

El poder lo tiene ahora Lula  que está ahora de vuelta en manos del ex obrero y presidente del vecino país que reemplaza a una persona que no ha tenido la mejor pasantía presidiendo al grande de Sudamérica que así cómo problemas e inconvenientes en su casa tiene que responder a dilemas fuera de sus fronteras, no muy lejos de su casa, nos encontramos los paraguayos.

Que también aunque no tenemos oro cómo el Brasil si contamos con nativos que llegan a ser titulares desafortunadamente por vivir gracias a la solidaridad  ciudadana pero marginados en nuestras ciudades. Debemos tener conciencia  de esta comunidad de aborígenes que son más de 150 mil de 18 etnias distintas y considerar  que son seres humanos iguales que cualquiera en el mundo y merecen el mismo trato que todos: estar integrados en los proyectos comunes de toda nación.

La democracia nos demanda  pensar bien la respuesta efectiva que podemos dar a todas las demandas y problemas de comunidades vulnerables como la indígenas y Brasil parece mostrar el camino buscando reparar los severos daños dejados por la administración Bolsonaro.   Es hora de reparar el daño infligido a la democracia .-

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