La felicidad es el estado de ánimo de la persona que se siente plenamente satisfecha por gozar de lo que desea o por disfrutar de algo bueno, siendo esto bueno también provechoso para su integridad física , mental y espiritual. Según recientes publicaciones, surge la pregunta de si; ¿pueden los humanos prehistóricos enseñarnos a ser felices?
Ellos según los hallazgos tuvieron menor presencia de algunos trastornos del ánimo lo que nos hace pensar en los riesgos de la modernidad para la salud mental.
La modernidad es un periodo histórico caracterizado por un conjunto de ideas y cambios profundos en la sociedad occidental, que se manifestó en los ámbitos de la filosofía, la ciencia, la política y el arte y en los modos de vida en general.
Y hoy día esa modernidad va evolucionando o involucionando de acuerdo al punto de vista y evaluación que se haga. Es cierto que hoy día la alimentación, vocabulario y canales de comunicación han cambiado y eso también ha hecho que cambiemos nuestra forma de ser. Es cierto que ahora ya no hay tantos grupos sociales humanos como los que existen en nuestras redes sociales virtuales donde se puede ser o parecer algo que finalmente no es verdad y emulando con nuestro pasado.
Un momento en el que no existía ni se concebía el trabajo a distancia o “educación” virtual, la felicidad era más fácil encontrarla y mantenerla con nosotros con menos consumo o problemas que deben ser solucionados por herramientas y/o códigos que hemos construido nosotros mismos para que den soluciones y no nos entristezcan ni generen problemas cómo los que nos toca estar acompañados hoy día.
Buscar la armonía
Desde Aristóteles y Epícuro a los modernos libros de autoayuda, el objetivo de estar bien ha ocupado a las mejores y las peores mentes de cada generación.
Hoy día este estado de ánimo es generado por el consumo, tener y hasta el intoxicarse con narcóticos que claramente pueden deteriorar el sostener la felicidad por el efecto que tendría en nuestras finanzas y salud.
Hasta las religiones han prosperado ofreciendo una respuesta a un dolor omnipresente. Viéndose esto en la cantidad de canales tomados por grupos religiosos que aseguran una aproximación con Dios segura si uno se acerca a sus iglesias en busca de la felicidad. Los orientales son más modestos en esto cuando afirman que solo buscan la armonía.
Esto nos lleva a concluir que la forma existente de vida de nuestro pasado tiene muchas claves para tener la auténtica felicidad para nosotros. Por sus formas de vida, su interacción con el entorno, sus ambiciones y deseos. Ellos supieron entender la vida de manera mas fácil y probablemente fueron mas felices que nosotros que vivimos en la llamada ya postmodernidad.-