Comentario 3×3
Por Benjamín Fernández Bogado
La tarea de la seguridad sanitaria no ha sido nunca tomada con un factor de seguridad nacional, esta es una primera demostración de cómo un tema se salud pasa a convertirse en una cuestión de soberanía y en donde es de capital importancia el ejercicio de la autoridad policial.
Cuando vemos que policías son maltratados en zonas aledañas y marginales de Asunción, lo primero que tenemos es una reacción negativa contra el agresor, pero en muchos de los casos nos preguntamos por qué la autoridad policial no ejerce con fuerza su rol, y la respuesta probablemente más aceptada sea porque son amigos y socios de muchos de los marginales.
Es el tiempo de relanzar una nueva policía ética, comprometida, que no esté en colusión con motochorros ni con delincuentes de ninguna calaña. Debemos establecer un nuevo mecanismo de relación de la policía con la ciudadanía, y que en su comportamiento ajustado a la norma, sea realmente el que se comprenda como la extensión del mandato que le hemos dado en la sociedad de portar armas y de utilizarlas cuando la seguridad de todos se encuentre en peligro.
La peor percepción es la policía que se encuentra coluída con los hechos criminales, como estos cinco policías del Alto Paraná detenidos después de desplumar a varios chinos que ingresaron a esa parte del país y de los que se alzaron con US$ 100 mil, dice la crónica. Este tipo de historias la de los polibandis y de los policías coluídos con los criminales y delincuentes tiene que acabar.
