La economía sigue parada en el mundo y no es una casualidad que también en el Paraguay una economía pequeña que vive fundamentalmente del comercio con sus países vecinos en lo que se denomina el comercio de triangulación esté padeciendo lo indecible. Los ciudadanos de Ciudad del Este, del Alto Paraná, tendrían que estar pensando en reconvertir la ciudad en algo diferente a un polo de venta de productos venidos del exterior hacia los países limítrofes.
Es el tiempo de reconvertir Ciudad del Este en un centro más ambicioso que prometa empleo a la misma cantidad de gente y pueda traer otros inversores. Es el polo de generación energética más importante del país con Itaipú y podría reconvertirse en un Silicon Valley a futuro, lo mismo podría pasar con la zona de Ayolas en Yacyretá y también con Encarnación y su relación comercial con Posadas, es el tiempo de pensar en cosas de mayor calado y mayor profundidad.
Esto de levantar las fronteras no parece una solución adecuada especialmente viniendo desde el Brasil donde la mala administración de Bolsonaro solo presagia más contagiados y más muertes y eso no puede continuar en términos económicos para la capital del Alto Paraná. Es el tiempo de reconvertir las ciudades fronterizas. En el Paraguay las 3 ciudades que tienen y concentran la mayor cantidad de población limitan con otros países. Asunción, Encarnación y Ciudad del Este, y las tres se encuentran muy afectadas por la Covid-19 y el impacto comercial que esto presupone. Es hora de pensar en cambiar los paradigmas.