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Asunción

Entre ruegos, pedidos y paciencia

Desde que tuve ese desgraciado accidente me decían que todos los días si puedo respirar, ver, escuchar y sentir son especialmente buenos. En estos días recordamos una fecha particularmente especial para la religión católica, se trata del día de la virgen de Caacupé o la Inmaculada Concepción. Un símbolo de fé, motivación y estímulo para muchos paraguayos y católicos en el mundo que continúan con oraciones y pedidos de muchas cosas buenas para nuestro hogar. Ayer el obispo Valenzuela recordó que hay que saber rezar pero que el pueblo ya no tiene tanta paciencia para esperar soluciones.

Sus miembros sobrevivimos a cómo nuestra casa sufre los daños que hacemos a la misma. desde hace tiempo, el difícil ejercicio de la peregrinación de muchos es una actividad habitual para algunas personas que confían que el duro trabajo de caminar hasta la Basílica de Caacupé desde donde sea traería cosas positivas para ellos o para los proyectos y/o personas que se encuentren en sus oraciones.

Reforzar la fe

54 kilómetros separan Asunción de Caacupé y es el trecho que anualmente hacen muchos compatriotas con fé en una religión que entre los problemas últimamente presentados en el mundo, que también tiene dilemas que enfrentar cómo sus crisis climáticas, económicas, sociales e institucionales.

En Radio Libre 1200 am se preguntó a la audiencia sobre; ¿qué es algo que solo la fe puede darnos a los paraguayos?, proponiendo las respuestas de;

  • La justicia… 29 %
  • Mejores políticos… 9.7 %
  • Mejores ciudadanos… 11.7 %
  • Honestidad y dignidad… 49. 5 % 

Vemos así cómo dos de los valores humanos más importantes para todos en todo es lo que la audiencia coincide que la fe es lo que nos puede dar. En realidad si no hacemos algo desde nuestro ángulo no existe la posibilidad de tener apoyo de nada o nadie para lograr los buenos resultados que nos trae ser honestos y dignos en nuestras tareas y círculos sociales cotidianos.

El ser humano no existe sin fe en lo que sienta que le pueda traer buenas cosas a nuestra vida, una que naufraga en difíciles peregrinajes laborales, familiares y cualquier actividad que tengamos o con quien nos toque relacionarnos real y certeramente. 

Hablamos con ellos por nuestros rezos, oraciones o actos diarios a nuestro favor y el de nuestra comunidad, que al notar nuestro buen comportamiento diario, servimos cómo inspiración y somos cada uno el mejor mensaje de la respuesta que nos da la Santa madre y la fuerza divina que no vemos o escuchamos, solo nos toca sentirla en nuestras vidas.

Si renunciamos y nos despedimos de los malos hábitos que quizá no nos destruyan rápidamente, más lo hacen en el tiempo que viajemos en la vida, el único tiempo que tenemos para hacer las cosas en orden y con las mejores intenciones cómo nos dicen los sacerdotes o referentes de la iglesia que ahora en Caacupé reabre sus puertas cómo lo hace cada año para celebrar el día de la patrona de nuestro país que responde solo si nos portamos bien y hacemos las cosas cómo deben ser hechas en este día especial y siempre. De nosotros depende, de los gobernantes casi nada. 

 

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