Un mercado laboral complejo y fascinante abre un sinnúmero de posibilidades a la hora de encontrar la vocación profesional.
¿Sociología? ¿Y qué vas a hacer con toda la plata que ganes?
Imaginamos esta escena de un pasado reciente entre padres e hijos cuando de elegir una carrera profesional se trataba. La sola idea de estudiar sociología, historia o literatura autorizaba a los padres a imaginar un futuro de estrechez económica e inviabilidad personal. Y ningún padre quiere para su descendencia una vida de apreturas y escaseces. El final de este tire y afloje era imaginable. “Seguí abogacía, medicina, ingeniería… esas son carreras con futuro. ¿De qué te va a servir mañana saber si a Solís lo mataron los indios o se ahogó nadando en el rio de la Plata…”. Estos diálogos marcaban momentos cumbre. El aspirante a ciudadano universitario terminaba allanándose a la autoridad paterna y cursando alguna insípida disciplina que le “asegurara” el futuro. A partir de allí, se abrirían dos caminos: adaptarse e iniciar una larga carrera de insatisfacción consigo mismo… o largar todo y dedicarse a la búsqueda del santo grial de la vocación.
En los años ’90 arrasaban los programas humorísticos de la TV argentina. En ella reinaba un tal Alberto Olmedo que invertía su talento jugando al límite con lo erótico. Uno de los sketches simulaba una oficina de empleo por la que desfilaban señoritas ligeras de ropas y cuando el entrevistador solicitaba a la candidata su grado de preparación académica, siempre había una “analista de sistemas” en el grupo. La salida causaba gran hilaridad porque 30 años atrás, la informática recién cobraba velocidad y todo lo que se vinculara con ella era extraño e incomprensible. Hoy un analista de sistemas puede ganar en el Paraguay entre 6 y 12 millones de guaraníes. Si entra a la economía digital globalizada, en EE.UU. la profesión promedia estándares de ingreso de hasta US$ 200.000 anuales. Las economías del sureste asiático (Japón, Corea, Singapur, Hong Kong) pueden pagar aún más.
Conclusión, si es que pudimos llegar a alguna: entrada la tercera década del siglo XXI, el mundo del trabajo está sufriendo tal transformación que es casi irreconocible para alguien formado en un esquema educativo tradicional… que es precisamente el que aún rige en el Paraguay. Por ejemplo, medicina, tal vez la carrera con más lustre social. Trabajando para el Estado o algun seguro privado, un médico se mueve en el rango de Gs. 3.500.000 y 15 millones mensuales. ¿Alternativas? Desde su creación en 2013, el programa Mais médicos lanzado por Dilma Rousseff ya se llevó 4.294 profesionales formados en el Paraguay que pueden ganar de partida 15.200 reales (Gs. 22.500.000) mensuales, siendo además puerta de entrada a un mercado profesional mucho más complejo y competitivo que el paraguayo.
Médico o ingeniero comercial o administrador de empresas o diseñador digital, el gran debate familiar sobre la profesión de los hijos se ha diversificado y plantea un sinnúmero de opciones inimaginables el siglo pasado y entre las cuales el joven puede hallar la vocación que lo invite a iniciar la gran aventura del futuro personal.
¿Está la educación paraguaya preparada para acompañar ese proceso?