Se viene diciembre, un mes muy festivo y con tradición de aglomeraciones frecuentes. Así que nos toca afrontar un momento difícil y de alto riesgo en este contexto de pandemia. Sin dudas debemos cuidarnos lo más que podamos.
El presidente Mario Abdo Benítez promulgó ayer la Ley del uso obligatorio de mascarillas y así una vez más desde el Gobierno toman medidas que lo único que hace es cargar la total responsabilidad en la gente.
Pero ¿Qué políticas de protección social nos ofrece para que sea posible sobrellevar la crisis y cumplir los protocolos sanitarios? Si hoy vemos tantas personas sin tapabocas y aglomeradas es la señal clara del fracaso de su política. Con una ley de uso obligatorio de tapabocas no pueden cubrir sus falencias.
En todo este tiempo no llegaron a la población con información clara y precisa que persuada sobre la importancia de respetar los protocolos sanitarios.
En nueve meses no desarrollaron campañas comunicacionales amplias, pensadas para los diferentes públicos y en diversos formatos. Todo se reduce a entrevistas a las autoridades en medios masivos y redes sociales.
No se les ocurrió que luego de tanto encierro y cambios de vida era imperante ofrecer atención a la salud mental de calidad desde lo público, pues no, no se les ocurrió, y hoy nos encontramos en el sálvese quien pueda, pues la mayoría de la población no cuenta con dinero para acudir a un servicio psicológico privado.
Ante un sistema de salud siempre al borde del colapso cómo es que no se prioriza hasta ahora políticas de prevención. Llegar a la población vulnerable debería ser la prioridad. Distribución de tapabocas a sectores más vulnerables debería ser la principal tarea en este momento pero en plena y terrible crisis económica, dejan toda la carga monetaria de protección sobre las personas, y si no tenes dinero pues te jodes.
Lo peor de todo es que no cuenta con medidas sociales de protección que hagan posible el cumplimiento de las medidas sanitarias. No existe hoy subsidio vigente para los sectores más afectados y que están lejos de garantizar el pan para su mesa.
Desde el Gobierno hoy salen con el chake vamos a volver a las fases y a establecer mayores restricciones, como si cumplir o no los protocoles sean exclusiva responsabilidad individual, y sin tener en cuenta las condiciones de vida de la mayoría. Para quien tiene hambre y para quien está agobiado por todo el modo de vida de los últimos meses las restricciones son de cumplimiento imposible.
Es obligación del Gobierno implementar políticas de protección social que tenga en cuenta la realidad de la población y no solo la burbuja privilegiada en la que viven las autoridades.