Por si la amenaza constante con el aumento del combustible, los cortes por protestas, la falta de huevos, o el clima de menos de 30 grados de unos días nos hicieron tener una pequeña amnesia, este préstamos que pretende el Presidente se apruebe, no es el primero de su Gobierno, es más, todavía intentamos entender que se hizo con el préstamo de US$ 1.600 millones en plena pandemia, con la excusa de mejorar el Sistema de Salud, algo que nunca vimos, al igual que los millones y millones de dólares. Ahora el Ejecutivo, sin vergüenza alguna, quiere un nuevo préstamo, para esta vez subsidiar combustibles.
US$ 100 millones, para que el precio de dos tipos de combustibles bajen, el diésel tipo III (común) y la nafta 93. Es que según sus estudios, el 75% del país se vería beneficiado ya que utilizan uno de los dos, y los otros, y bueno, que se jodan.Pero me pongo seria, pensemos: Con esto se verían beneficiados los empresarios transportistas, los mismos de los buses chatarras que siempre nos viven extorsionando. Los sojeros, aquellos a los que lo s impuestos siempre les benefician, entonces ¿por qué tendría el pueblo que pagar nuevamente un préstamo para solo un sector?
Somos el País del Mundo con mayor producción per capita de energía limpia y renovable, ¿por qué no vamos hacia allí y esos US$ 100 millones se utilizan para comprar buses eléctricos? Este préstamo no soluciona un problema de especulación del precio futuro del combustible.
Acá nuevamente el pueblo es desangrado, para beneficio de los mismos de siempre. Y antes de retirarme, un dato más: En el 2012 los políticos aumentaron los sueldos de la función pública un 35%, eso nos cuesta US$ 800 millones al año.
Más que un préstamo se necesita un correcto GASTO PÚBLICO. Somos un chiste, siempre robando, nunca Gobernando.