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El placer plasmado en eróticos versos

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A medida que disfrutás de un poema, los versos pueden demostrarte que la satisfacción sobrepasa cualquier preconcepto, para ir más allá y ligarse también con el despliegue mental. Esto se encuentra proyectado en la literatura erótica, demostrando que el sexo no se vive únicamente con el contacto físico, sino también con lo mental, e incluso espiritual.

Dentro del ámbito mencionado se encuentra como protagonista la poesía pues, ¿quién dijo que los poemas deben centrarse únicamente en el amor o un corazón roto? Los versos pueden incluso trascender lo considerado como habitual, para explorar cada uno de los aspectos más recónditos del sexo y el placer.

Teniendo esto en cuenta y que los estímulos no deben basarse únicamente en lo genital, compartimos una serie de poemas de los cuales podrías disfrutar para aprender un poco más de este mundo de las letras que genera una mezcla perfecta entre los recursos literarios y la satisfacción sexual. Acceder a estos poemas resulta bastante fácil, pues es posible hacerlo simplemente a través de una búsqueda en la web.

1. “Rapándoselo”, de Quevedo
Demostrando que los versos sexuales incluso tienen vigencia desde el propio Siglo de Oro, Quevedo, uno de sus referentes realizó una oda a la masturbación femenina con su obra “Rapándoselo”. De manera claramente explícita, el poeta describe cómo una mujer introduce sus dedos en su vagina, luego de haberse depilado la vulva.

“Las piernas muy abiertas, y asentada en una silla ancha y espaciosa. Mirándoselo estaba muy gozosa”, corresponde solo a algunos de los versos que hacen parte de la obra de Quevedo y para saber e imaginar cómo sigue el momento, debes animarte a buscar la oda.

2. “Rima X”, de Gustavo Adolfo Bécquer
Para el máximo representante de la poesía postromántica y gran referente de la poesía española contemporánea, el sexo no era un tema que se encontraba ajeno de los versos a la hora de crear obras. Por ese motivo, el sevillano escribió sutilmente en este poema una oda a la eyaculación y al éxtasis sexual.

“Los invisibles átomos del aire en derredor palpitan y se inflaman; el cielo se deshace en rayos de oro…”, describe el poeta con la utilización magistral de recursos literarios para hablar, sin decirlo directamente, sobre la eyaculación. ¿Te intriga saber cómo siguen los versos posteriores?

POEMAS ERÓTICOS PARAGUAYOS
Dos referentes de la poesía erótica también demuestran cómo plasmar el placer en las letras. Se trata de Lilian Sosa y Eduardo Barreto; la mujer, considerada como la primera voz de la poesía erótica guaraní, de acuerdo al lingüista y exponente del idioma guaraní en nuestro país, Tadeo Zarratea.

Por otra parte se encuentra Barreto, representado por el medio de comunicación “Distintas Latitudes” como el conductor de la poesía gay en Paraguay. Con metáforas trabajadas suspicazmente y algunas comparaciones utilizadas de manera exacta, el poeta logró recrear para la imaginación del público eróticas escenas homosexuales con sus versos.

1. “Hyku Jasy” (Se derrite la luna), de Lilian Sosa.
A decir del lingüista Zarratea, “Hyku Jasy” es una obra que impactó en su momento y sigue impactando día tras día por ser el primer poema enteramente erótico escrito en guaraní paraguayo. La obra describe con maestría cargada de emoción el acto sexual desde la perspectiva del sentimiento de la mujer.

“Rejupi cheretére, ha tatapýicha reike tytýi che pype” (Te subiste sobre mi cuerpo y mi interior empezó a latir como fuego), representa unos versos que componen la obra completa de la connacional, donde la descripción erótica y el juego de palabras también puede disfrutarse en el dulce idioma guaraní.

2. “Asunción es un hombre con quien me acosté”, de Eduardo Barreto.
“Ya estaba cansado de que cada 15 de agosto digan: Asunción, madre de ciudades; Asunción, la cuna de la conquista; Asunción, la mar en coche. Y no, Asunción es un tipo que se acostó conmigo y me puso contra una pared y me amenazó con un cuchillo. Hay tantas Asunciones como ciudades hay, porque no vivimos solo en una subjetividad, sino que vivimos en temporalidades distintas”, dijo para Distintas Latitudes Eduardo Barreto.

De este modo, en sus metáforas encierra explícitamente las descripciones de una relación homosexual, utilizando como personaje principal a Asunción y sus calles. “Lamí su Paraguayo independiente, su falso Palacio de López. Goteé velas sobre sus plazas del Congreso”, reza una parte de los versos, pero continuamente todo sube cada vez más de todo, pero ya depende de vos averiguar cómo termina el poema.

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