Actualmente, en el país son pocos los centros que cuentan con una máquina destinada a la necesaria radioterapia para los tratamientos de cáncer: Incan, La Costa y Codas Thompson. Los que cuentan con centros de diagnósticos por imágenes también son reducidos: Codas Thompson, Iribas e Imagix S.A.
¿Por qué resulta tan complicado ofrecer servicios destinados a dichos procedimientos, así como brindar mayores oportunidades a los enfermos oncológicos a la hora de realizar sus tratamientos? De acuerdo a algunas denuncias que fueron acercadas al equipo de El Independiente, los servicios mencionados no son ofrecidos de manera masiva por las propias trabas que se ponen para la importación de las máquinas utilizadas.
A la hora de importar, fueron cambiando las reglamentaciones y apareció la Dirección Nacional de Vigilancia Sanitaria (Dinavisa) como uno de los entes interventores, el ministerio de Salud y posteriormente la Autoridad Reguladora Radiológica y Nuclear (ARRN) desde el 2016, quienes generan licencias para importar máquinas y operarlas.
En 2018 empezaron a cambiar las reglamentaciones y entre ellas, Dinavisa puso condicionamientos específicos con respecto a las máquinas usadas que debían adquirirse. La primera traba empezó al momento en que Aduanas se digitalizó y dentro de sus procesos se hizo necesario conseguir un registro de la marca a ser importada, lo que resultaba difícil teniendo en cuenta que las máquinas eran usadas.
Posteriormente, en 2019 viene un grupo inversor brasileño con la intención de importar el equipo acelerador lineal, para hacer radioterapia. Sin embargo, tiempo antes de que llegue la máquina, sale una reglamentación “sospechosa”, prohibiendo la importación de los equipos tipo I, II y III de radiación, la que vendría entra en el primer grupo.
La máquina quedó retenida en el puerto 7 a 8 meses, debido a la disposición mencionada; en ese lapso, el único acelerador lineal existente en el Incan se descompuso y no había un equipo de radioterapia disponible en el país, pero una se encontraba en el puerto, siendo retenida.
Luego, salió otra reglamentación para prohibir el traspaso de maquinarias dentro del territorio local; es decir, si compraste una máquina en Asunción y sos el dueño, no podés vender a nadie más. La máquina fue instalada en un centro oncológico de Ciudad del Este (CDE) 8 a 9 meses después, pero no fue habilitada para su utilización, aún contando con los controles de calidad.
Irónicamente, en el Incan trabajó durante 6 años el acelerador lineal sin licencia, ni aparato de calibración. Por ello, en una semana la ARRN sacó la licencia requerida para el instituto, la misma que hace meses necesitaba el centro de CDE para ser habilitada.
CONTRAPARTE
El titular de la ARRN, el ministro Mario Gutiérrez, declaró que las disposiciones llevadas a cabo no constituyen una traba para quienes quieran importar y posteriormente operar con las máquinas mencionadas, sino representan una medida de control y prevención para cualquier efecto adverso que pueda presentarse al utilizar equipos no controlados.
Mario Gutiérrez
“Ninguna decisión o determinación tomamos sin consultar con nuestro equipo técnico porque ellos nos informan si nuestro país está o no en condiciones de operar con estas máquinas, principalmente las que son del tipo I y tienen un alto nivel de radiación”, explicó el ministro.
Prosiguió diciendo que si un equipo usado es importado y no cuenta con una certificación, teniendo una mala calibración, podría generar un escenario delicado en el país, más aún teniendo en cuenta que las máquinas mencionadas son muy utilizadas en los tratamientos oncológicos.
“El acelerador lineal es muy delicado porque un solo milímetro mal calibrado puede causar graves efectos en la persona, hasta cortar la arteria del medio e incluso producir la muerte; en algunos países se llegó a observar los efectos mencionados”, advirtió.
Al respecto, reiteró la importancia de contar con una garantía para lograr la habilitación de las máquinas mencionadas. En ese sentido, resaltó que llegará un tercer acelerador lineal, será una donación y contará con la garantía de las Naciones Unidas, para dar mayor tranquilidad con respecto a la utilización de los equipos.
“Nosotros no ponemos ninguna traba en nada porque de hecho queremos que estos equipos vengan al país y sean utilizados para beneficio de todos. Invito a acercarse hasta la institución a todo aquel que tenga inconvenientes para llegar a una solución en conjunto y ver alguna alternativa”, refirió el ministro.