Comentario 3×3
Por Benjamín Fernández Bogado
Las manifestaciones populares están comenzando a ganar tímidamente las calles del país, pero demuestran claramente que algo no funciona bien y algo molesta al interior de la manera en que el Gobierno administra la cosa pública. Ciertamente lo de ayer en la Costanera fue un conjunto en el que había intereses políticos partidarios, intereses sindicales que como en las tormentas perfectas en la historia de Paraguay se unen para materializar un grito de protesta que generalmente tiene su impacto en la gobernabilidad del país.
Si el presidente no es claro ni contundente de qué lado gobierna, a quiénes favorece en sus intenciones, el pueblo tendrá la necesidad obligatoria de manifestarse en las calles a pesar de las restricciones de la cuarentena.
Eso será dentro de poco historia, y especialmente cuando veamos los efectos económicos que vayan quedando como resultado de la pandemia en los próximos meses, eso será nitroglicerina pura contra el Gobierno. Debe tener un ojo y un oído puesto de manera permanente y constante en las reclamaciones populares y actuar en consecuencia, gobernar para la mayoría, ese es el primer mandato en democracia.