Por Benjamín Fernández Bogado
La cuestión económica en el Paraguay no presagia números positivos; una caída importante del Producto Interno Bruto (PIB), unas grandes dificultades en el manejo de la deuda pública, el déficit que va a superar el 6% y que por ende, buscará cambiar la norma para adecuarla a la realidad. Había una ley que establece un tope del 1.5 pero ahora se ha superado grandemente eso, y no hemos visto ninguna mejoría en el gasto público.
Las mismas características del gobierno de Cartes se siguen reproduciendo con la administración de las finanzas públicas en el gobierno de Abdo, que había surgido como contestación al gobierno de Cartes y había ganado a caballo de las promesas de hacer las cosas de manera distinta. Ahora el propio ministro de Hacienda Benigno López, exfuncionario de Cartes en el IPS, dice que muchas de sus propuestas económicas son puestas a consideración de Fernández Valdovinos, expresidente del Banco Central y ahora empleado de Cartes y de Santiago Peña, ex titular de Hacienda y también ahora empleado de Cartes.
Podríamos concluir por lo tanto que la economía paraguaya está en manos del gobierno de Cartes, que había terminado su mandato el 15 de agosto del 2018, pero que continúa manejando a las arcas públicas y especialmente el complejo y a la vez delicado proceso de administración de las mismas.