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El existir y sus tiempos

El ser humano es niño, adolescente, joven y adulto en el devenir del tiempo pero  naturalmente son sus momentos en donde se da siempre la tarea que nunca termina. Y eso aunque tengamos las conocidas “pruebas finales” en nuestros colegios o exámenes que sirvan para certificar si hemos logrado enseñar o aprender bien una lección determinada. Dicha tarea es lograr asimilar o captar bien una información que no solo sirva para tener buenas calificaciones, un título o cartón que puede servir para ayudarnos a entrar con facilidad a círculos sociales o ascender en el escalafón de una organización o espacio y momento que precise de nuestras capacidades para hacer realidad sus aspiraciones.

Hace poco un amigo mayor que yo me preguntaba ¿Iñaki cómo uno es joven ahora y no perecer en el intento?, siendo sinónimos de la palabra perecer; acabar, morir, fenecer o terminar. Cuestionamiento que me dejó colgado y dedicó este tiempo, palabras y párrafos para intentar responder una duda que no se limita a existir en esta geografía sino es una interrogante que el mundo presenta y aturde la mente de abuelos, padres, hijos, sobrinos y cualquier persona que integre una familia que también tiene siempre sus miembros jóvenes. 

Aprovechar este momento

Resaltamos por nuestra vida, curiosidad y ganas de cambiar lo que tengamos adelante  como jóvenes porque nos incomoda, no se mueve a nuestra velocidad o no logra responder a cómo queramos algo en particular y que por dicha razón lucimos o nos comunicamos diferente al de otras generaciones. Eso también les fuerza su vida que  ha tenido sus obstáculos. Hizo  que asimilen hábitos de la generación de personas “inútiles”, “incompetentes” y con mucha posibilidad de perecer por no mostrar actitud y energía de querer seguir con vida. 

Un espíritu que no solo  se debe sentir en tiempos cómo los que experimentamos ahora sino es aquel que nos debe acompañar siempre por las ventajas que trae consigo el ser joven que   finalmente no se trata solo del lucir bien, estar sano o ser más rápido o fuerte para hacer algo en particular sino sobre todo, lo que da a la juventud nuestro atractivo más fuerte es la capacidad de aprender y aplicarlo a tareas que nos sirvan particularmente o retribuyan a la empresa, institución u organización a la que seamos útiles.

La vida no es un tiempo en el que se conciba la muerte cómo opción de nada, por ende no podemos ni debemos perecer solo en el intento sino  tenemos que darnos cuenta que hemos sido bebés, niños, adolescentes y nunca más lo volveremos a ser así cómo el de ser adultos. 

La vida es un viaje con paradas que no tienen repeticiones y las debemos entender cómo etapas naturales que existen y están ligadas a una a la otra para hacer nuestra vida cómoda, sana y feliz no solo en una parada sino en todas convirtiendo el tren y viaje de la vida donde cuidemos y valoremos cada etapa de nuestra vida y cuidemos sobre todo la travesía del existir que no se repite nunca más.

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