Comentario 3×3
Los distintos sectores que se dedican a la tarea de la construcción metalúrgica han expresado su descontento con respecto al tema del viaducto de crochet, que es un símbolo de la corrupción dentro del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones.
En un comunicado dicen que eso tendría que haberse abierto para todos los oferentes y se hubiera encontrado que realmente jamás podría costar lo que dicen que costó US$ 2 millones y un poco más, que es lo mismo que costaría construir un edificio de cuatro o cinco pisos en cualquier parte de nuestra República.
Eso mismo es criticable durante la administración de Cartes y de Jiménez Gaona, que construyeron más de 20 estaciones de peaje por un valor superior de US$ 2 millones cada uno.
Pareciera ser que ésta es la cantidad con la que ya cada uno de los que reciben las licitaciones y quienes las administran saben que tendría que caer en la bolsa.
Tendríamos que tener alguna vez un organismo que nos diga cuánto cuesta el metro cuadrado de construcción, con qué características y, en base a eso, cuidar los recursos colectivos porque finalmente los que pagamos la corrupción, el desaguisado, la deshonra o la incapacidad del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones y en otras reparticiones públicas, somos nosotros con nuestros impuestos.
El Estado no tiene dinero. El dinero tenemos nosotros, que pagamos nuestra contribución a través de distintas formas impositivas. Es el tiempo de organizarnos para dejar de hacerle tan fácil la tarea a los corruptos y a los ladrones.