Han pasado las horas, días y semanas de descanso, hoy 20 de febrero, una vez más el año académico empieza una. Los útiles, o herramientas de estudio son empaquetados, el uniforme calzado para lograr uniformar a todos en un grupo, el del estudiantado, para que en los meses que tenemos adelante logre aprender y concluir su año lectivo con buenas calificaciones de materias que le resulten útiles para su vida. Sin embargo, los resultados son pésimos. Tenemos la peor educación de América y una de las peores del mundo y parece no inmutar a nadie.
Una educación que exige salud, el conocimiento y su buen manejo para alcanzar los objetivos previstos por quienes gerencien un proyecto. Todo esso sólo es posible llevarlo a cabo si el equipo está compuesto por personas que sepan bien sus materias de trabajo y reúnan los valores de un ser humano de bien, que sea disciplinado honesto, resiliente y todo lo que ayude a que la máquina se mueva y una idea cobre vida y se desarrolle bien. Hoy el MEC se parece a una gran seccional colorada que funciona solo para mantener el status quo y no para desafiarlo.
Aulas destruidas
Hoy 1.200.000 empiezan las clases en Paraguay, y todo lo que eso trae cómo preocupación a los padres o responsables de los niños, adolescentes y jóvenes que hoy se reúnen una vez más en sus escuelas, colegios o instituciones académicas para absorber conocimientos y no malos hábitos que pueden ser escuchados o vistos hechos por sus compañeros y hasta docentes. Estamos en crisis y parece que no nos damos cuenta de su gravedad.
Los maestros tienen la responsabilidad de educar bien y/o aprender de su experiencia con su grupo de alumnos, que dicen o cómo responden a sus exposición cómo guías de mentes humanas. Debemos acertar en la selección de ellos que ahora aunque ganen mejor el resultado final ha sido malo.
Educar es una de las tareas más complejas cómo sanar la salud de las personas o lo que sea trabajar por lo que ocurra en sistemas internos del ser humano.
Saber que queremos
Un ser vivo más complejo que el educar o aprender y que ahora al inicio de clases, se da cuenta, quizá tarde de sus carencias y lo que debió ser ajustada o corregida antes que esta fecha.Carencias y necesidades lastimosamente todavía vista y sentida en el trabajo académico en aulas destruidas o que necesite desde luz, pintura o algo para acondicionar y volver más cómoda la tarea de enseñar y aprender en las más de 5.000 instituciones del país que necesitan reparación.
Es un tiempo no acorde para responder bien a los problemas que pueden hacer problemáticas las tareas del profesor y alumno en su año académico que debe relucir de nota 5 o buenas calificaciones para el educador y educando y no tanto de ver o comunicar las necesidades o problemas que se den en los lugares que no deben existir complicaciones sino comprensión, paz y voluntad de querer saber y formar bien a aquellos que dejan sus vacaciones atrás para empezar a prestar atención y no distraerse en sus aulas para satisfacer a sus responsables con su óptimo rendimiento.
Estamos lejos de celebrar al final del ciclo al final de este 2023 una mejor educación cuando el ministro quien es un ingeniero agrónomo reconoce que ha fallado a la gente y que hay que aportar mas impuestos para que mejore la educación. Todo un gran despropósito.