La Cumbre de las Américas que convoca Estados Unidos por segunda vez desde la primera que tuvo lugar en Miami en 1994, tiene una palabra clave que es resiliencia, desarrollar capacidades que permitan sobreponerse a grandes catástrofes como la que hemos tenido a nivel global con la pandilla.
La agenda de Estados Unidos, sin embargo, dista mucho de la prioridad que tenemos nosotros en esta “América Común”.
En México el presidente López Obrador ha decidido no participar de este evento, lanzando con ello un mensaje de índole político y dando a entender también cuál es la posición que tiene en varios temas de la agenda común con Estados Unidos, que finalmente -también- son parte de la agenda latinoamericana.
La inmigración, la pobreza, el intercambio comercial y otras cuestiones son tan trascendentes que no se abarcan como debieran en estas cumbres de las tantas presidenciales que tenemos durante cada año.