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Dios bendiga al Paraguay

No se puede improvisar en el manejo de lo público.

Como cada 5 años, muchas expectativas se generan al inicio de un periodo presidencial como el que arranca oficialmente el muy poco días. Tras varios desafíos, con sus aciertos y fracasos, del gobierno que se va, es urgente conocer a profundidad el estado que dejan y la hoja de ruta de los que ingresan. Todo esto ante un profundo debilitamiento de las instituciones democráticas, un atropello reiterado del orden jurídico nacional y el aumento de la franja de pobreza en nuestro país.

Vengo sosteniendo que estamos caminando hacia una madurez democrática, donde ya el estado ha dejado de ser el empleador principal y esto fuerza a que muchos comiencen a entender que la cosa pública debe ser bien administrada y con personas que sean servidores públicos eficientes, sin privilegios y con un alto nivel de compromiso y transparencia en sus funciones. Ya la gente no tolera a los corruptos dentro del estado y cada vez más serán perseguidos. Hace años contamos con herramientas como las leyes 5189 y la 5282 para hacerles seguimientos y controlarlos.

La gestión pública se ha vuelto tan compleja en la actualidad, que demanda de una alta eficiencia para hacer que las acciones se lleven a cabo en medio de una ciudadanía cada vez más informada, que demanda y exige soluciones a sus problemas cotidianos.

El Sr. Peña inicia 5 años que demandaran de un sacrificio en la modernización del estado, la eficiencia de sus actores y el compromiso del arduo trabajo diario de los administradores de turno que se deben ganar la confianza, no solo de sus correligionarios, sino de todo el pueblo Paraguayo. Solo será posible con un sincero dialogo donde la transparencia y la justicia social serán los indicadores que juzgue el desempeño de los que asumen esta responsabilidad.

Una vez más, nos jugamos la democracia en todo sentido. Si una vez más nos defraudan, solo seguirá creciendo el deseo colectivo de esperar un “mesías” que en el desconocimiento de la desesperación solo traiga hambre para muchos y beneficios para pocos.

Me resta decir… ¡Dios Bendiga al Paraguay!

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