La política no nos sorprende mucho entre la ficción y la realidad. Lo que pasa en el Paraguay tampoco es una excepción.
No existen desequilibrios solo en cuestiones de infraestructura o lo que pueda ser calculado por ciencias exactas. Somos testigos de otros hechos de desequilibrio quizá hasta más pronunciados en campos humanos cómo en instituciones políticas donde el ciudadano espera que todo funcione de manera estable y matemáticamente equilibrada. Cómo las relaciones humanas que siendo públicas por la condición bajo la que se regula a funcionarios cada vez son más evidentes la corrupción y la falta de eficacia de gestión..
Un ejemplo reciente es la historia entre el ex presidente de la república Horacio Cartes y ex gobernador y actual senador guaireño Rodolfo Friedman, que en un momento tuvieron fuertes cruces de palabras donde se acusaron de narcotráfico, lavado de dinero, malversaciones en la compra de meriendas escolares y otros insultos y ahora terminan abrazados sin explicar a la gente las razones del encantamiento actual. Es casi normal en el partido colorado pasar de los insultos más graves hasta el “abrazo republicano” pasando por incriminaciones entre actores políticos que luego pasan al olvido.
La realidad y ficción
Sin dudas una serie que se encuentra en Netflix que lleva cómo nombre una referencia de nula estabilidad cómo l”House of cards” (casa de cartas) donde es posible distinguir entre sus personajes y la forma de hacer política. La serie retrata bien la política como una estructura mafiosa permanente y constante aquí y en los EEUU.
Cómo ciudadanos exigimos seriedad, firmeza y solidez no solo en la manera que nuestros funcionarios y actores políticos trabajan sino en la manera como se tratan y cómo nos consideran (idiotas o tontos) con respecto a sus actos.
En la larga serie sobre política de “House of cards” inspirada en un libro britanico en el modo de ser de la política y sus políticos que tuvo mucho éxito por retratar de manera fina los laberintos que deben atravesar los políticos. Aquí la serie la protagonizan actores frente a las cámaras y sin ningún pudor exhiben su cinismo.
Todo proceso de evolución orgánico tiene un punto de “evolución» que no coincide con la actitud que se espera en una autoridad política, hace que pierda la posibilidad de ganar en el futuro un regreso al poder o lo que busque cómo candidato en tiempos de elecciones. Los gestos y las actitudes deben servir para el soberano para elegir mejor y no distraerse por el show que hacen algunos actores para distraernos.