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Corrupción de alto nivel

La palabra Gate en inglés significa portón o puerta  en español se volvió popular con el caso Watergate de los EE.UU en 1972 donde  lo que se conoció el grado de corrupción en el que estaban metidos instituciones americanas por grabaciones encontradas donde los mismos empleados de las mismas revelan la forma real en que opera la política. El caso le costó la presidencia a uno de sus actores: Richard Nixon.

De este caso político estadounidense pasamos al también popular caso de la «Fifagate” en el que  se imputó a las personas por los cargos de cobro y pago de coimas, fraude y lavado de dinero. Ahora no yendo muy lejos del balompié surge otro escándalo es el “Qatargate», relacionado con el reciente mundial y un escándalo de corrupción de Qatar en el Parlamento Europeo. 

Un escándalo político en curso en el que se alega que políticos miembros del personal político, cabilderos, funcionarios y sus familias han estado involucrados en corrupción, lavado de dinero y crimen organizado que involucra a los Estados de Qatar y Marruecos a cambio de influencia en el Parlamento Europeo . Las autoridades encargadas de hacer cumplir la ley en Bélgica, Italia y Grecia incautaron 1,5 millones de euros en efectivo, confiscaron computadoras y teléfonos móviles, y acusaron a cuatro personas de presuntos delitos.  Todas relacionadas al Parlamento Europeo. Recibían coimas a cambio de favorecer los intereses de esos países.

Un artículo de la revista francesa France Football explicaba como los Cataríes habrían pagado sobornos para conseguir votos a favor de la candidatura de Catar, o como el expresidente francés, Nicolas Sarkozy, habría supervisado personalmente un trato corrupto en beneficio de Catar. Estos casos nos enseñan no solo que la corrupción está mal percibida sino que solo funciona para hacer disfuncional el trabajo de instituciones que deben trabajar bien para quienes merecen atención seria sean estos contribuyentes, fanáticos, atletas dirigentes deportivos o aficionados.

Nos merecemos sobre todo respeto por seguir de cerca o sostener a las instituciones que nos deben asegurar el entretenimiento, seguridad, salud y toda comodidad que haga placentera la vida en un país, trabajo o lugar donde dedicamos tiempo y energía de nuestra vida  y no la referencia de hechos de corrupción reiterados. El caso muestra que en todas partes se cuecen habas y que no solo somos nosotros los latinoamericanos los referenciados por estos hechos escandalosos. 

Siguen los casos que terminan en gate

De lo pasado tenemos la obligación de aprender lo que está mal para no repetirlo otra vez y terminar destruyendo así a instituciones que sostienen a deportes, escuelas, hospitales y toda infraestructura que hace a un país.Se debe tener mucho cuidado con quien y en que se mete al formar parte de asociaciones, federaciones o grupo de personas que inviten a juntos hacer más fuerte, sostenible y proyectable desde uniones de países hasta confederaciones de futbol. El escándalo del Fifagate sigue ahora en los tribunales americanos y vuelven a escucharse montos y personajes envueltos en compra de favores de televisación o concesión de sedes para eventos deportivos. 

Esto a su vez nos muestra que el ser corrupto no está ligado solo al origen de uno sino es un problema humano mundial. Uno que debe terminar no solo por lo feo que se vuelve que te etiqueten de corrupto sino sobre todo por los problemas que acarrea para la institución que luego termina adoptando la palabra Gate cómo parte de su nombre, que es mucho más que el de ser significativamente corrupto por lo que trae consigo ese título internacional tanto para el país como la institución que uno precida. Falta de confianza, ninguna inversión o humillaciones a las que el mismo paraguayo de depravado, disoluto, depravado o vicioso por el mal funcionamiento de ser un buen ser humano de bien para donde, cuando y para que trabaje.

Cambiar para mejor

Por estos hechos destructivos, registrados y que han servido para la realización de documentales,libros u otras producciones artísticas, tenemos ya suficiente información para saber el cómo, porqué y para que se han reproducido, concebido y desarrollado estos portones a la perdición particular y colectiva. Que solo sirven para ingresar a beneficios individuales que pueden y logran hacer caer a instituciones y países por el “trabajo” individual de quienes se destaquen “significativamente” para agendas extranjeras.

Es hora de poner llave y seguridad a los gates o portones para que ya no salgan ni entren informaciones, tentaciones o elementos que lleguen a destruir proyectos ya sea de índole política o deportiva.

Cómo paraguayos ya debemos ser siempre conscientes de con quien, donde, cuando,  porqué y para que se presentan “ofertas” que pueden servir quizá para satisfacer caprichos particulares más dejando en muy mal estado y condición a grupos de personas que se sientan o se encuentren identificadas con el país o institución que se ha identificado o “ganado” el título de gate.

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