El Senado aprobó el proyecto de ley que busca incluir a clubes y tabacaleras dentro de los Sujetos Obligados (SO) de controles antilavado. Se trata del proyecto “Que modifica los artículos 13, 25 y 28 de la ley 1.015/97, “Qué previene y reprime los actos ilícitos destinados a la legitimación de dinero o bienes, modificados por la ley 3783/09 y la ley 6797/21”. Pasa ahora a la Cámara de diputados.
Antonio Buzarquis, diputado nacional por el PLRA, y uno de los impulsores del proyecto de ley, calificó de “segunda ronda” lo logrado por la Cámara de Senadores el pasado jueves.
“Vamos a ejercer mucho más presión sobre aquellos colegas que votaron en contra o que se abstuvieron o que se ausentaron. Ya que cuando estábamos tratando la intervención del Guairá llegamos a los 43 votos, pero cuando tratamos el tema de las tabacaleras nos quedamos 29. Evidentemente algo pasó. Parece que corrió mucho combustible por la cámara”, ironizó.
NUEVA MESA DIRECTIVA
Informó que los proyectistas decidieron conversar sobre este tema el pasado jueves por la noche, y resolvieron que lo más prudente sería tratarlo recién cuando la nueva mesa directiva, encabezada por el también liberal Carlos María López, entre en funciones.
“Estamos a días de la asunción de la nueva mesa directiva donde creemos que tenemos que meter esto en agenda como una de las cuestiones prioritarias. Como un desafío de la nueva mesa directiva porque no tengo nada en contra de la actual mesa directiva, pero no creo que estén decididos a llevar adelante este tema”, explicó.
Sostuvo que en caso de que la nueva mesa directiva trate el documento, buscarán las estrategias legislativas para volver a rechazar y ellos no están con ganas de dar ese privilegio.
La diferencia en que el documento sea tratado por una mesa directiva o la otra es la siguiente. Si la trata la mesa directiva liderada por Pedro Alliana (ANR), mete el proyecto en los últimos puntos del ODD, es muy probable que el proyecto no se trate. O pueden meter en el primer punto como una situación arreglada de antemano.
Ahora la Cámara de Diputados necesita de 41 votos para rechazar el documento. Si llegan a tener esa cantidad de votos y retorna al Senado, la Cámara Alta necesita de 23 votos para ratificarse. En caso de lograr obtenerlos, pasa al Ejecutivo. Allí, en ese estadio, Abdo Benítez, presidente de la República, sería quien deba decidir si lo promulga o lo veta.
