Si vos y tu pareja quieren embarcar en el mundo del BDSM, pero no sabés cómo empezar en el rol de sumisión, aparte de brindarte algunos consejos, también desmitificamos malos conceptos en torno al mundo del sadismo.
Marcar la relación sexual con diversas sensaciones que van más allá del placer establecido a través de la rutina y la monotonía representa un hecho deseado por muchas personas.
El BDSM (Bondage, dominación/sumisión y sadomasoquismo) se presenta como una práctica alternativa, en la que el dolor se mantiene en una delgada línea de encuentro con el placer.
En un trabajo realizado por el periodista español Víctor González, la sexóloga Norma Brau indicó que estilos de prácticas similares son visibilizadas cada vez con más fuerza, pero en ocasiones el BDSM sigue cargado de prejuicios y estigmatizaciones.
Probablemente teniendo en cuenta estos componentes, muchas personas se encuentran dudosas o temerosas a la hora de llevar la cultura del bondage y la sumisión a la práctica. Sin embargo, si vos y tu pareja sienten un particular interés para incursionar en el mundo del BDSM, a continuación te traemos tips para ser el sumiso ideal en medio de la práctica, de acuerdo a un blog de sexualidad denominado Placer Intenso.
1. Habla las cosas antes de empezar
Para evitar sorpresas o malentendidos lo mejor es que antes de practicar el BDSM, las personas que implicadas deben dejar muy claro lo que quieren y sobre todo lo que no, para no crear falsas expectativas.
Aquí se habla de cualquier tipo de conducta sexual, la seguridad exigida, el tipo y grado de sumisión al que una persona está dispuesta a llegar y, en general, cuáles son los límites tanto emocionales como físicos. Esto, teniendo en cuenta que el consentimiento y el respeto son aspectos centrales a la hora de practicar BDSM.
2. Ten siempre palabras clave
Mantener los límites es un aspecto que no se puede dejar de lado el bondage y la sumisión. Las palabras clave o contraseñas son esenciales en el buen devenir de la práctica y acordarlas antes de comenzar, permitirá al dominante saber lo que está pasando más allá del juego.
Elige una para que tu pareja pare, otra para que vaya más lento y otra para indicar que puede aumentar su intensidad. En cuanto a las contraseñas para indicar una pausa, deben ser lo suficientemente raras como para que no se confundan con el juego de la sumisión.
3. Apertura sin prejuicios
Una vez iniciada la práctica, la persona sumisa debe ser alguien sensato, leal, sincero y capaz de llegar a traspasar algunos límites, con tal de servir a su amo.
Tener una mente abierta y sin prejuicios, será un aspecto esencial no solo para afrontar las peticiones ordenadas por la persona dominante, sino también para que el sumiso disfrute efectivamente de la intensidad y dureza del BDSM.
4. Equipamiento
Mientras se lleva a cabo la práctica, es fundamental comprender que el dominante buscará extralimitar los placeres de la pareja, por lo cual la persona sumisa deberá estar a merced de los artículos enfocados en la búsqueda del placer de ambos.
Si se están adentrando poco a poco en el BDSM, muchas cosas pueden funcionar para los agarres y ataduras: una corbata, alguna cuerda, un trozo de tela de tacto agradable; lo ideal es usar objetos que no aprieten mucho y sean fáciles de sacar en un momento determinado.
5. Avanzado
Posteriormente, cuando ambos se encuentren más confiados y satisfechos, pueden incorporar productos fetish a base de cuero, máscaras, etc. Las fustas o los látigos también pueden brindar mucho placer en el juego.
En caso de querer subir de nivel o experimentar otro tipo de sensaciones, existen accesorios más avanzados como los columpios sexuales, las máquinas de electroestimulación o la ropa especialmente diseñada para la práctica de Bondage.
QUÉ NO ES EL BDSM
(De acuerdo a la sexóloga Arola Poch)
– No consiste en una práctica perversa, que solo busca humillar y generar dolor, pues se centra mucho en la satisfacción mutua.
– No es una actividad abusiva, pues debe tener en cuenta el consentimiento previo y la aceptación mutua de la extralimitación que se está dispuesto a pasar.
– No se extrapola en todas las facetas de la vida, pues se lleva a cabo durante un período de tiempo fijo que se conoce como sesión.
– No se ejercerá dominación/sumisión en otro entorno más allá del sexual, a no ser que se haya preestablecido así de manera puntual y como parte del juego.