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Comunicación vital

Cuando una vez  incursioné en la comunicación en radio para luego hacer televisión y dar uso a la red internacional para publicar documentales que por fortuna han tenido un importante número de vistas, sentí que la comunicación era lo que me gustaba hacer. Hoy siento que el buen  periodismo era y es una herramienta que en ocasiones se vuelve indispensable para algunas personas y sociedades cómo para Oscar Martínez en El Salvador que combate la violencia y la corrupción en su país usando ese medio. 

Comunicando cómo debe ser para que logremos conocer, saber e interpretar bien lo sucedido en algún lugar y momento. El periodista que escribe sobre temas como el narcotráfico, la corrupción y el crimen organizado en Centroamérica sabe sus costos y es  por lo que es amenazado y su vida corre peligro de ser dañada, El acoso va desde «violencia física, difamación de políticos y empresarios» hasta «acoso a nuestras familias, exilio, muerte y prisión.

Así cómo hemos tenido y seguimos teniendo en nuestro país hacia una noble profesión del escribir, hablar o exponer pensamientos o hechos  que no debe caer en el control del narco o fuerzas del mal que pueden tergiversar el mensaje para instalar sus ideas, palabras o intereses en la mente del oyente, lector u observador que busca informarse o reflexionar con el mensaje percibido acerca de un evento o acontecimiento que nos toque de cerca. 

El periodismo debe servir para  evaluar nuestra realidad que puede no estar lejos de lo que existe en otros países que están bajo la amenaza de la narcopolítica o la  actividad de gobierno y asuntos públicos influenciada por vínculos de políticos con nexos con el crimen organizado ique afectan el funcionamiento de la democracia.

Una lucha desigual

La situación de los periodistas en El Salvador ha empeorado dramáticamente. Desde que asumió el cargo en 2019, el presidente Nayib Bukele ha atacado y amenazado reiteradamente a periodistas críticos con el gobierno. Ha bloqueado varios de ellos en las plataformas de redes sociales e intentó desacreditar a la prensa como enemiga del pueblo.

No ayuda nada  el tener al gobierno o receptor de la noticia contra el trabajo del periodista que por lo visto en algunas latitudes del mundo enfrenta una difícil realidad que tiene que ver con el ingreso de una especie de virus en el máquina política cambiando no solo su título sino hasta sus métodos, funciones y fin de trabajo en el campo que le toque actuar.

Oscar Martinez destaca que el periodismo debe cumplir dos tareas esenciales. La primera, velar por el poder y los poderosos, revelar los rincones oscuros del poder y sus mecanismos de control. La segunda es visibilizar la vida de las personas más vulnerables, de quienes sufren bajo exceso de poder. Y creemos que eso es más indispensable ahora que “ Centroamérica vive una nueva ola de autoritarismo” que a su vez amenaza con silenciar medios de comunicación afectando muchos empleos y sobre todo el derecho de acceder a la información por parte del ciudadano curioso en conocer lo que ocurre en su país. Pasa no solo en El Salvador de Martinez sino también en la Guatemala de Zamora donde su periodico ha dejado de circular por los abusos del gobierno de turno. 

Tiempos complicados para el periodismo en el mundo.

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