El sector público continúa siendo privilegiado en varios campos, uno de ellos es el caso de aquellas autoridades municipales que siendo funcionarios han sido destinados para propósitos distintos a sus nombramientos.
Se tuvieron que convocar en forma extraordinaria a los legisladores para decir que durante el tiempo que les toque desempeñar la tarea de intendentes o concejales y, habiendo sido anteriormente funcionarios los mismos quedan en receso, y posteriormente cuando terminen su período de servicio público los mismos pueden retornar con la acumulación de años de servicio y de salario.
Eso resulta altamente injusto y perjudicial para las arcas del Estado Paraguayo, pueden decir de que no están cobrando allí, pero puede también afirmarse que, ciertamente, no sienten el deseo de servir a la ciudadanía desde el cargo en que fueron nombrados y que van a otro electo que les conviene en mejor forma.
Esto reafirma el concepto de que la función pública no está orientada hacia el servicio, sino a los intereses particulares y crematísticos de cada uno de los empleados públicos nuestros, que plebiscitan su nombre y ganan una representación.
Hay que cortar los privilegios, hay que hacer que aquellos que han decidido tomar un cargo determinado, y luego se postulan a otro renuncien a ese lugar de forma tal a promover otras personas que tengan un mejor interés, mejor perfil, y mejor sentido de servicio hacia los demás.