Mohamed Siali
Rabat, 26 ago (EFE).- El primer día de campaña para las elecciones generales del 8 de septiembre pasó hoy desapercibido en Marruecos, ante la ausencia de actos electorales debido a las duras medidas para frenar la tercera ola de la pandemia, que obligaron a los partidos a limitar sus eventos al formato virtual.
Según pudo constatar Efe, el arranque de la campaña en el centro de la capital, Rabat, ha brillado por su ausencia. Ni siquiera se han visto carteles colgados y menos aún mítines, limitados a 25 personas y prohibidos en lugares concurridos como los mercados.
Los partidos y los candidatos a estos comicios, que aúnan por primera vez las elecciones legislativas, regionales y locales, concentran su campaña en las redes sociales, principalmente en Facebook, donde difunden vídeos y carteles para explicar sus programas a los 18 millones electores registrados.
La mayoría de los alrededor de 30 partidos que se presentan anunciaron promesas para paliar la crisis que azota al país, en lugar de reformas políticas para avanzar en su democratización, tal como sucedió en las elecciones anteriores, relatan analistas consultados por Efe.
LA COVID Y SUS NUEVOS DESAFÍOS
La pandemia no ha influido solamente en la forma de la campaña, sino también en el contenido de los programas, ya que el virus ha desvelado los problemas de sectores como el de los trabajadores de la economía sumergida, que exigen respuestas específicas.
El secretario general del Partido Autenticidad y Modernidad (PAM, opositor y segunda fuerza en el Parlamento), Abdellatif Ouahbi, explicó hoy a Efe que la covid ha impuesto nuevos desafíos y el próximo Gobierno marroquí tiene que poner remedio a problemas como esa economía subyacente, así como mejorar la sanidad y la educación.
«Es inaceptable no tener autosuficiencia en materia de medicamentos y que haya zonas remotas sin hospitales», precisó. Agregó que la mejora de la educación, sanidad, juventud y cultura es fundamental en el programa electoral de su formación.
El islamista Partido Justicia y Desarrollo (PJD, gobernante desde 2011) defiende en su programa, hecho publico hoy, los «logros» conseguidos durante sus dos gobiernos anteriores en el establecimiento de más reformas en justicia social y entre las diferentes regiones del país.
El PJD también se compromete a avances en la gestión eficaz de la Administración, la diversificación de la economía, la mejora de la economía social y digital y a reforzar la competitividad de la economía marroquí.
Por otra parte, el Reagrupamiento Nacional de Independientes (RNI, el gran favorito para ganar los comicios), que aúna a notables, empresarios y altos cargos del Estado, precisa en su programa que la crisis sanitaria «ha destapado los defectos de nuestro modelo económico y social, sobre todo el tamaño de la economía sumergida y la ausencia de sistemas de seguridad social».
Para responder a estos desafíos, el RNI, dirigido por Aziz Ajanuch, el hombre más rico de Marruecos y ministro de Agricultura desde 2007, anuncia cinco promesas que incluyen la generalización de la protección social, la mejora del sistema sanitario y educativo, la creación de empleo y la reforma de la administración pública.
REDES SOCIALES EN LUGAR DE MÍTINES
Y si entre los ciudadanos no se ha notado el comienzo de la campaña, sí ha dejado un primer suceso en un país acostumbrado a incidentes entre los partidos durante las campañas y en el propio día de las elecciones.
En una aldea de la provincia de Taunat, en el norte de Marruecos, un candidato local del RNI ha sido apuñalado en el cuello por un grupo de seguidores de un partido rival y se encuentra ingresado en estado muy grave, según publicó el periódico digital Febrayer.
Marruecos celebra elecciones sumergido en una nueva ola de la pandemia con un centenar de fallecidos al día, pero el Gobierno ha decidido mantener la cita estableciendo medidas severas que limitan a 25 personas el público de los mítines e impiden la distribución de folletos electorales de mano a mano.
Eso ha obligado a los partidos a ceñir sus campañas a internet. A partir de este jueves, en las redes sociales se pueden ver vídeos de los candidatos vestidos con los colores de las diferentes formaciones defendiendo sus promesas.
Todos los partidos han programado mítines virtuales, mientras que los eventos presenciales son escasos y muy limitados de aforo. Está por ver hasta qué punto este tipo de actos digitales atraerán votantes en un país cuya participación electoral es ya de por sí baja y apenas sobrepasó el 40 % en las últimas generales.