La nula existencia de estudios en protección de datos y la falta de transparencia de especificaciones técnicas hacen que el billetaje electrónico sea una importante herramienta que puede convertirse en una bomba de tiempo.
Desde la organización no gubernamental Tecnología y Derechos Humanos (Tedic), se llevó a cabo una investigación con el objetivo de determinar el impacto del Sistema Nacional de Billetaje Electrónico (SNBE), con respecto a la protección de datos personales de cada usuario así como también la transparencia en cuanto a los resultados del servicio del transporte público con el billetaje electrónico.
“Al momento de diseñarse, el SNBE no tuvo estudios de impacto ni de derechos humanos y protección de datos personales para determinar cómo afectaría al usuario en el libre ejercicio de sus derechos”, apuntó Eduardo Carrillo, relacionista internacional y máster en administración pública con énfasis en tecnología digital.
Eduardo Carrillo
En cuanto a la necesaria transparencia, el especialista hace referencia a la generación de datos abiertos para posibilitar una mayor interiorización de la ciudadanía en torno al servicio de buses. Al respecto, Carrillo remarcó que la implementación del billetaje electrónico, no necesariamente está asociado a una mayor transparencia sobre el servicio de buses, como en otros países.
Por ello, destaca la importancia de empezar a visibilizar y socializar aspectos técnicos del servicio, mediante la transparencia, empezando así a posibilitar resultados positivos como una respuesta más instantánea a falencias en torno al transporte público, así como también un mayor conocimiento en cuanto a los buses existentes, la cantidad de usuarios y la fluctuación de los colectivos.
Por otra parte, en cuanto al impacto de no contar con una verdadera política de seguridad en torno a datos personales, Carrillo contó que como usuario un individuo no tiene cómo acudir a una institución para realizar alguna queja en cuanto a la publicación de informaciones particulares. Asimismo, tampoco tendrá conocimiento de cómo son utilizados los datos recolectados.
INCONGRUENCIAS
El rol preponderante del sector privado dentro del desarrollo del SNBE hizo que existan planteamientos sobre cómo eso podría o no entrar en conflicto con el servicio. Esto teniendo en cuenta que el sector público dependió en su totalidad del privado para el desarrollo del billetaje, sin prever la transferencia de conocimiento al Estado, implicando que el servicio quede a la deriva si el estamento privado decide salir de esta función.
Carrillo contó que el Viceministerio de Transporte reconoció la necesidad de generar datos abiertos y transparentarlos, pero no constituye una prioridad para la institución. No obstante, esto debe ir en coincidencia con un proceso de digitalización real, conseguido a través de la aprobación del proyecto de ley integral de datos personales, lo cual configura el puntapié inicial de lo que sería una base de datos más segura.
Por otra parte, el profesional también habló de beneficios que nos e pueden dejar de mencionar dentro del proceso de digitalización del servicio de transporte público como, por ejemplo, la no obligatoriedad de vincular datos personales a la tarjeta del SNBE. Así también, escolares y personas con discapacidad cuentan con un servicio diferenciado para el aprovechamiento del billetaje.
Sin embargo, los datos de niños y las personas con discapacidad sí se encuentran vinculados a la tarjeta del SNBE y, por ende, están expuestos a la vulneración de sus datos personales, por lo cual nuevamente hablamos del riesgo en torno a los datos particulares de los usuarios, si no se tiene en cuenta el debido resguardo.