El Avión 747 detenido en Ezeiza, que hizo también un vuelo entre Ciudad del Este y Aruba, lleva una serie de conjeturas y trae también consigo una muestra de que tuvo que haber habido algún tipo de coimas dadas a las autoridades aeroportuarias, a las cuestiones de migraciones, a la SENAD, para que ese avión primero tuviera que bajar en territorio paraguayo, y posteriormente llevarse una carga sospechosa.
Todas estas cuestiones tendrían que haber sido resueltas desde hace bastante tiempo, pero como tenemos un Presidente y un Vicepresidente que están distraídos en cuestiones electorales, todos también hacen como que no es trascendente importante la tarea que realizan. Y si todavía vemos que nos queda más de un año para que este gobierno acabe, los daños a la República pueden ser todavía aún más enormes que los que ya hemos tenido.
Es tiempo de que insistir -de alguna manera- para contener esta hemorragia, este daño que se está haciendo a la República y que repercute en diferentes áreas de nuestro quehacer cotidiano.
El tema del avión 747 que ingresó como Juan por su casa, sin que sepamos exactamente quiénes eran los que habían ingresado, sin tener reportes acerca de la tripulación iraní, sí cuántos fueron, cuántos bajaron, cuantos quedaron, cuántos volvieron a subir; todas estas cuestiones proyecta la imagen de un país absolutamente tirado la bartola, sin ninguna suerte de conducción y menos aún de orientación hacia la legalidad.