Un ser humano que está entre los 1 y 6 años se describe que es la primera infancia, 6 y 13 la infancia y la preadolescencia entre los 13 y 15 años y en todas estas franjas demanda mucha atención, cuidado y formación que se adecue a nuestro tiempo, condiciones y espacios.
El exceso descontrolado de tecnología, dispositivos y aplicaciones que pueden hacer de todo, hace que algunos investigadores cómo la psicóloga Rebecca Rolland concluyan que: “estamos convirtiendo a los niños en personas que actúan de forma robótica”. Y la preocupación es cierta y lógica al punto que Suecia decidió no seguir usando los elementos tecnológicos en la educación formal.
La experta insiste en “la escucha activa” que es la base de toda nuestra comunicación con los niños. Incluso ha escrito un libro que se llama ‘El arte de hablar con niños’ un trabajo que enseña herramientas y técnicas para comunicarse de forma más efectiva, amable y menos conflictiva con los niños. Vale la pena leerlo y aprenderlo.
Nuevos desafíos
El aprendizaje de los códigos humanos de convivencia para que se prolonguen en sus formas de ser y comportamientos con los demás fuera de casa. Un espacio donde nuestros hijos, sobrinos y nietos algún día saldrán y tendrán que asimilar realidades muy distintas a la de nuestros abuelos y padres que en algunos casos siguen con nosotros para continuar marcando referencias de actitud humana para hacer frente a dilemas que podrían quebrar a nuestros niños.
Queremos lo mejor siempre y para eso debemos hacernos cargo de nuestras responsabilidades y no dejar que una pantalla haga nuestro trabajo. Debemos preocuparnos y ocuparnos de quienes deben interactuar con nosotros para enriquecer la relación humana.