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Ataques de pánico

Un ataque de pánico es un episodio repentino de miedo intenso que provoca reacciones físicas graves cuando no existe ningún peligro real o causa aparente. Los ataques de pánico pueden provocar mucho miedo. Puede comenzar a cualquier edad, incluida la niñez, la adolescencia y la edad adulta. 

Los científicos aún están estudiando cómo los ataques de pánico afectan al cerebro, pero aquí hay algo de información sobre lo que sucede durante un ataque de pánico:

  • Durante un ataque de pánico, ciertas partes del cerebro se vuelven hiperactivas, incluida la amígdala, que es el centro del miedo en el cerebro, y partes del mesencéfalo que controlan el dolor. Otros estudios han descubierto que las personas con trastorno de pánico tienen una mayor actividad en la parte del cerebro
  • Sustancias químicas del cerebro: Los ataques de pánico pueden estar relacionados con las sustancias químicas del cerebro y los niveles de serotonina. Cuando te sientes ansioso, tu cerebro libera hormonas del estrés, como la adrenalina y el cortisol, para ayudarte a responder a una amenaza. Sin embargo, la exposición prolongada a estas hormonas puede ser perjudicial para tu salud física controlando la respuesta de «lucha o huida».
  • Exploraciones SPECT cerebrales

Conocer para medicarse

Las imágenes cerebrales muestran que el trastorno de pánico está asociado con cambios biológicos en el cerebro, incluida la hiperactividad en los ganglios basales.

Durante un ataque de pánico, se activa el sistema nervioso simpático, que desencadena la respuesta de «lucha o huida». Esto hace que el cuerpo libere sustancias químicas como la epinefrina y la norepinefrina, que pueden provocar síntomas como:

  • Palpitaciones del corazón. 
  • Pupilas dilatadas. 
  • Transpiración. 
  • Mareo. 
  • Hormigueo o entumecimiento en las manos. 
  • Dificultad para ver con luces brillantes. 
  • Visión distorsionada. 
  • Sentir como si las paredes se estuvieran cerrando.

Sensaciones desagradables que al no ser controladas pueden terminar en malos episodios para quien lo padezca.

Es importante saber además de los síntomas y su definición qué hacer ante cualquier caso identificado en la familia o círculo  de amigos, académicos o laborales.  

Se sugiere:

  • Estar tranquilo puede ser reconfortante para la persona y ayudarla a relajarse.
  • Pregúntale cómo se siente: Escucha sin interrupciones, argumentaciones, juicios ni pérdidas de paciencia. Acepta sus sentimientos y dale las gracias por compartirlos contigo.

Son casos cada vez más frecuentes entre nosotros que vivimos en un mundo de estrés y de tensiones pero sabemos más de esa dolencia y podemos combatir sus efectos y evitar que se disparen las alarmas.

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