La capital paraguaya luce fea, ajada y de mal gusto antes de los Juegos de Odesur, y por supuesto mucho antes que esto aconteciera y tal vez mucho peor después de que acaben los juegos. Siete mil visitantes estarán estas semanas por la capital paraguaya y dirán una ciudad ajada y de mal gusto, lo último ha sido colocar unas cubiertas usadas pintadas de distintos colores en la llamada Plaza de la Democracia, que parece que en su nombre refleja todo el mal gusto que se ha venido dando en sucesivos gobiernos en democracia, Empezando con Filizzola que hizo un esperpento que acabó con contusos y heridos en el día de la inauguración cuando un pequeño puente se desplomó y generó una primera llamada de atención, el estacionamiento que se encuentra debajo de la plaza nunca cumplió el rol que debiera, por el contrario, se ha convertido en un sitio peligroso y maloliente.
Acaba de venir Nenecho Rodríguez, que en el ánimo de alindarla la ha afeado todavía mucho más, no hay buen gusto, no hay sentido estético, no hay valor de un país lleno de una vegetación hermosa con colores y con tonos en primavera todavía superiores, que haya podido darle a Asunción en democracia el lugar que se corresponde, al contrario, el centro está ajado, abandonado, en remate y con un intendente que refleja el votante asunceno en su dimensión más amplia. A pesar de que se conocía sus limitaciones porque ya había completado el período de otro que no debiera haber sido nunca intendente, Mario Ferreiro, sin embargo, el lector asunceno lo escogió en comicios, ahora solo les queda aguantar hasta el 2025.