La violencia es una de las características de algún problema grave en términos sociales. Así lo dicen quienes han sido expertos en esto.
En Estados Unidos, con las matanzas de Búffalo y también la de un bar en Texas, todos comienzan a cuestionarse lo mismo de siempre, el fácil acceso a las armas y lo que esto supone en términos de que personas que no tienen la madurez ni la capacidad de distinguir lo bueno de lo malo puedan hacerse de armas de alta complejidad y de duro golpe en términos de víctimas cuando operan con dichas armas.
Las mismas son de muy fácil acceso y hay un duro y largo debate en término a su utilización con la protección de una enmienda constitucional norteamericana que hay muy pocos que se animan a ir en contra de ella hasta ahora.
Es el tiempo de buscar opciones y alternativas, y no seguir sosteniendo esta ecuación del diablo que ha llevado a muchas vidas perdidas -especialmente los últimos años- en encuentros entre criminales y personas inocentes en escuelas y centros comerciales.
Estados Unidos no puede seguir viviendo con el dilema de seguir aportando muertos y cuestiones irracionales en este tema tan claro y evidente en otros países, pero tan confuso en los Estados Unidos.