La justicia sigue esperando investigar a fondo varias cuestiones, y pareciera confirmar cada vez más que sin una presión desde afuera nada se mueve a nivel local; esa es la idea instalada entre nosotros.
Hay varios casos en los que se demuestra una gran sorpresa, desconocimiento, de incapacidad, dejadez, irresponsabilidad, agregarle usted del adjetivo al Ministerio Público y a otros estamentos del Estado en donde cuando se trata de alguien que es amigo de quien le sostiene políticamente en un cargo, sencillamente se esconden los temas a ser tratados; no hay investigación y por supuesto tampoco condena.
La justicia ha sido de nuevo, en el 2021 la gran aplazada en nuestra sociedad, seguimos padeciendo los efectos de la impunidad en prácticamente todos los sectores de la vida social paraguaya y muy especialmente los gestores políticos que, cuando se consideran -como tales- impunes están promoviendo en la mente de otra persona que quiere dedicarse a tan noble propósito a hacerse de recursos de una manera rápida y tremendamente beneficiosa.
La política corrupta sigue siendo una fuente de financiación grandemente de la economía subterránea de este país y la justicia, con sus sus fallos tardíos, con sus chicanas, con sus complejidades o con el poco deseo demostrado de ir a fondo, sencillamente consolida solidifica esta visión que no vuelve a todos bastante desesperanzados en este 2021 y en los años anteriores y quizás en los posteriores.