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Aplazados por nosotros mismos

Transparencia internacional nos dice desde Alemania que somos muy corruptos cada año y nadie se inmuta. Ahora el informe viene de Washington y se endereza hacia la misma dirección. Solo que aquí dice que son las instituciones públicas encargadas de combatirla las que son cómplices de ella.

En los últimos años se espera con interés el informe del Índice de Capacidad para Combatir la Corrupción que en este año 2022 explora y califica la capacidad de 15 países de América Latina para detectar, sancionar y prevenir la corrupción. Paraguay está entre los últimos y no es novedad. Que no sirve para nada cómo la mentira, el robo, y hasta la muerte
El índice es una herramienta analítica basada en datos que se lanzó en 2019 para evaluar la capacidad de los países latinoamericanos para detectar, castigar y prevenir la corrupción.

Fiscalía cómplice
El informe de Washington enfatiza que la sumisión del Ministerio Público a un sector político que lo tiene cómo cautivo es parte del pésimo resultado que tiene el país en su combate a la corrupción . Sandra Quiñonez y su sumisión hunden en el descrédito al sistema de justicia favoreciendo a la impunidad reinante.

Las palabras corrupción y corrupto son palabras que fueron nuevas una vez ayer y ahora se han convertido en regulares en el idioma cotidiano de la ciudadanía y hasta en los medios de prensa que debemos vigilar y llamar la atención sobre casos sospechosos del abuso del poder y cómo este lleva a tomar la Acción de corromper o corromperse, o ser un corruptor de las normas que socialmente son aprobadas y establecidas para la seguridad de todos siempre.

La palabra corrupción debe de dejar de ser un término habitual y terminar su existencia cómo adjetivo y realidad por lo que es posible perder más que ganar corrompiendo, pervirtiendo, descomponiendo, viciando no solo instituciones sino hasta gente en la misma que por unas monedas da información o agiliza gestiones para alguien o un grupo en particular para beneficio propio sin llegar a las personas que lo deben tener.

La corrupción causa pobreza, obstaculiza el desarrollo y hace huir a la inversión. También debilita los sistemas judiciales y políticos que tendrían que estar al servicio del bien público. Y por la depravación que significa el ser un corrupto. Etiqueta que se han ganado varios referentes en los poderes del estado que a su vez deja con poco o ningún poder para sostener o generar confianza del ciudadano.

Paraguay aplazado
El Índice dado a conocer hoy evalúa y clasifica a los países en función de la eficacia con la que pueden combatir la corrupción. Se considera que los países con una puntuación más alta tienen más probabilidades de ver a los actores corruptos procesados ​​y castigados.

En la clasificación que hace este índice se encuentran los sgtes países con sus puntuaciones;

Uruguay (7,42 sobre 10)
Costa Rica (7.11)
Chile (6,88)
Perú (5,66)
República Dominicana (5.19)
Argentina (5.04)
Panamá (4.96)
Colombia (4,87)
Ecuador (4.82)
Brasil (4,76)
Paraguay (4,45)
México (4.05)
Guatemala (3.38)
Bolivia (2,57)
Venezuela (1,63)

El índice nos ubica con 4.45/10, lo que significa que nos queda mucho trabajo por alcanzar a otros países que tienen una mejor calificación en la labor de combatir la corrupción. Nuestras instituciones que deben hacer frente a la mismo son las aliadas de ella es e cómo tener defensores en un equipo de fútbol que disfrutan de los goles que hacen los rivales. Dormimos con el enemigo.
La corrupción es un virus que destruye de a poco todo y un sistema o gobierno que no haga nada al respecto agrava el problema. Los números nos siguen aplastando con la complicidad de quienes deberían combatir la corrupciòn.

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