Secretario General del Comité Central del Partido Comunista Paraguayo
Parece que fueron 93, o tal vez 75. Se presentaron nombres y ya existen ciudadanos trabajadores que han demostrado que no estaban presos ni forman parte del Primer Comando Capital (PCC). Los presos de la agrupación narcomafiosa salieron, en su mayoría, caminando, por la puerta, y además se llevaron ropas, televisores y hasta heladeras.
Dado el gobierno del fraude que tenemos, como continuador del stronismo saqueador y vendepatria, este hecho tiene una combinación contradictoria: es increíble cómo se dio, pero a la vez no resulta sorprendente. O sea, no podés creer, pero esperás, que este tipo de cosas sucedan en el Paraguay.
Esta fuga que, el periodista Sergio Alvarenga la llamó más bien “una mudanza”, simboliza la orientación del gobierno del fraude, allanando camino a la instalación del Estado Fallido, pasible de intervención cívico-militar por parte de los capitales imperialistas, sobre todo de los EEUU.
Imaginate en el colega científico del Departamento de Estado, me decía Jorge Beinstein años atrás; imaginate en que el tipo está preocupado por las necesidades energéticas que tiene su país, y de pronto, al pararse frente al mapa de América del Sur, ve un territorio que tiene más de 406 mil km cuadrados, un cielo en perfectas condiciones para el monitoreo satelital, poderosos cauces hídricos con dos enormes hidroeléctricas, agua dulce subterránea en cantidad, suelo fértil con riquezas minerales y una envidiable biodiversidad. Al constatar todo esto, el científico yanqui pregunta cuánta gente vive ahí. Y le contestan que alrededor de 7 millones. “Ah, entonces no es mercado”, concluye el científico babeando por la cantidad de recursos que existen en ese territorio. De modo que la tarea es descampar lo más posible ese territorio para disponer de sus recursos.
Por eso, la criminalización de la protesta social y la disidencia política, el apresamiento, exilio y/o asesinato de quienes se oponen al proyecto de saqueo, se combina con el achicamiento de población, expulsándola del campo y concentrándola en las zonas urbanas, privatización del sistema penitenciario para volverlo lucrativo y desarrollo de una especie de paraíso fiscal con una plataforma para monitoreo en el cono sur, al servicio de los monopolios imperialistas.
El gobierno del fraude sigue aportando para que el Paraguay sea catalogado como Estado Fallido y los monopolios continúen su proyecto de saqueo y “limpieza social”, en el marco de una concepción supremacista y genocida que cabalga en la gula capitalista, devorando todo a su paso. De esto hablamos, cuando hablamos de Dictadura mafiosa.